“Los presos políticos no somos ni héroes ni mártires. Somos
luchadores populares asumiendo las consecuencias de nuestro compromiso”
Jairo Fuentes
Desde la prisión de Bellavista, en Medellín, Jairo Fuentes, prisionero político colombiano del Movimiento de Presos Políticos Camilo Torres Restrepo y militante del ELN, suele escribirnos comentando algunos de nuestros trabajos. De la misma forma, desde la cárcel de Tacumbú en Asunción, Agustín, preso político del caso de los Seis Campesinos paraguayos nos hace llegar sus reflexiones llenas de dignidad.
Cuando ellos nos escriben, sentimos que lo que hacemos vale la pena porque llega allá donde más se necesita. Pero en realidad no es así, porque compañeros como ellos son quienes menos necesitan construir un relato emancipatorio o recuperar la memoria dado que sus vidas son ya todo un relato de emancipación y nunca perdieron la memoria.
A ellos y a otros compañeros que participarán aquí pudimos conocerlos en esos territorios infames donde han sido encerrados para intentar ser silenciados. Sus palabras y comentarios, su seguimiento y respeto hacia el trabajo que venimos desarrollando desde Vocesenlucha, y sobre todo sus historias de lucha y dignidad nos dieron pie a parir la idea de abrir un espacio dedicado a voces de presos políticos que lucharon y luchan por un mundo más bello y más humano y por eso cumplen una condena que sería implanteable en una realidad donde la infamia no manejara los hilos del poder.
Esperamos sigáis este espacio con el mismo entusiasmo que nosotros lo inauguramos. Íbamos a llamarlo Desde la prisión política. El propio Jairo nos sugirió otro nombre: Dignidad desde la prisión. “La política no es la prisión; es nuestra condición y nuestra acción”, nos dijo. Lo de dignidad, nos pareció de lo más apropiado, porque las voces que aquí van a participar son portadoras de una dignidad que ni las rejas de la infamia pueden callar.
Hablan y emocionan. Piensan y llegan. Susurran y derriban muros y rejas. Su voz llega hasta el oído izquierdo de la sensibilidad y la justicia para decirnos a quienes, ingenuos, pensamos que vivimos en libertad: Estamos presos en una cárcel global. Nuestro presidio es de rejas sutiles, es de muros consentidos. Nuestro presidio tiene de nombre infamia, pero podéis llamarlo capital.
Gracias por soñar aires nuevos de libertad.
PUBLICACIONES:
Violencia estatal y respuesta popular. Colectivo de presos políticos Orlando Quintero Paes
La memoria. Jairo Fuentes
10 años en Tacumbú. Agustín Acosta
Ya se acabaron los machos. Jairo Fuentes
Solidaridad con Palestina. Movimiento Presos Políticos Camilo Torres Restrepo
Intento frustrado. Jairo Fuentes
Reflexiones navideñas. Agustín Acosta
Quién fue el ladrón. Jairo Fuentes
Piezas de un mundo habitable. Jairo Fuentes
Jairo Fuentes, Movimiento de Presos Políticos Camilo Torres Restrepo. Miembro del ELN Cárcel de Bellavista, Medellín, Colombia
Agustín Acosta, preso político de Los Seis Campesinos Paraguayos. Cárcel de Tacumbú, Asunción, Paraguay
El Movimiento de Presos Políticos Camilo Torres Restrepo es la expresión de un colectivo de militantes del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, quienes estuvieron presos en el Establecimiento Penitenciario de Mediana seguridad y Carcelario de Bellavista, Medellín. El movimiento se creó en 2014 con el objetivo de adelantar desde la cárcel gestiones pedagógicas tendientes a apoyar el proceso de paz que se iniciaba entre el ELN y el gobierno del entonces presidente de Colombia Juan Manuel Santos. Dicho movimiento estuvo integrado por 7 prisioneros políticos, de los cuales 6 permanecían en prisión y uno en “libertad” con suspensión condicional de la ejecución de la condena, mediante permiso presidencial para que adelante gestiones de paz en el territorio nacional. Posteriormente, otros dos de ellos, nombrados gestores de Paz del ELN para las negociaciones, son liberados. El 19 de enero de 2019, el espacio de paz construido durante más de 10 años en la cárcel de Bellavista, es desmantelado. Un operativo del Cuerpo de Reacción del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) acompañado de la Policía Nacional irrumpe en las instalaciones por sorpresa y se lleva a todos los reclusos. Pasan horas hasta que se hacen públicos los destinos de los prisioneros, desplazados a diferentes cárceles de alta seguridad del territorio nacional.
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