INFANCIAS, EDUCACIÓN Y TRABAJO. 20 AÑOS DE LA CORENATs

Por Raúl García Sánchez | Vocesenlucha

Crónica del Encuentro Internacional «Infancias, educación y trabajo» organizado por la Coordinación Regional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores de Venezuela en el marco de su 20 aniversario, y realizado en la Universidad Experimental Simón Rodríguez de Barquisimeto.

Boconó, Venezuela | 18 de agosto de 2023

La casa de la CORENATs se llena de vida procedente del campo, con la llegada de las colaboradoras (educadoras) y NATs (Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores) de las tierras cafetaleras de Sanare y Villanueva. En dos días comienzan las Jornadas Internacionales Infancias, educación y trabajo. Miradas desde el pensamiento decolonial, y hay que poner “todas las manos a la siembra” para ultimar la preparación de las condiciones del encuentro. Los otros grupos, nacionales e internacionales, se alojan en la Villa Bolivariana, espacio para la concentración de deportistas de alto rendimiento cedido para el encuentro por las instituciones bolivarianas gracias a las articulaciones del joven compañero de la CORENATs Deninson Escalona.

Este encuentro se enmarca en la celebración de los 20 años de la Coordinación Regional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores. La expresión del movimiento de NATs en Venezuela cumple dos décadas de existencia y lo celebra de la mejor forma, impulsando el pensamiento crítico del movimiento latinoamericano. Durante varias jornadas se analizará y debatirá colectivamente sobre la realidad de las infancias en esta nueva era de capitalismo digital desde la corriente de la valoración crítica del trabajo. Corriente que acompaña las luchas de las infancias organizadas en torno a la identidad del trabajo, iniciada a fines de los años 70 en América Latina con el impulso teórico-práctico de pensadores como el sacerdote peruano Alejandro Cussianovich, referente histórico del movimiento y uno de los invitados de honor al encuentro, junto al italiano Giangi Schibotto, latinoamericanizado tras casi 30 años viviendo entre Perú, Colombia y Cuba. Con Alejandro, recibimos la visita desde Perú de Ioannys Padilla, del secretariado del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (MOLACNNATs) y de Esmeralda Curi Quispe, adolescente trabajadora de “la sierra del Perú, a 4.000 metros sobre el nivel del mar”.

El escenario académico para la realización de estas jornadas anticoloniales de las infancias rebeldes es la Universidad Experimental Simón Rodríguez (UNESR) de Barquisimeto. Hasta allí llegamos un día antes del comienzo un equipo de la CORENATs conformado por niños y adultos colaboradores para terminar de acondicionar los espacios y la logística del encuentro. El profesor Willian Arias, matemático apasionado con quien se han articulado las jornadas, pone su despacho a disposición como base de operaciones de este “pequeño ejército loco”. Reforzamos la tarea del equipo de limpieza de la universidad barriendo y reubicando las mesas y sillas de aulas y espacios comunes, ambientamos con globos, colocamos en las paredes papelógrafos elaborados por los muchachos… y no logramos probar el proyector porque se va la luz. Durante la jornada mañanera también reímos, descansamos, echamos cuento y tomamos refrigerio, espacios imprescindibles para el trabajo digno de niños y adultos. En esas tareas colectivas, cuando los chamos están guindando sus carteles, llega una profesora como elefante en cacharrería preguntando indignada qué hacen esos muchachos trabajando, que no le parece bien. Responden con respeto los propios chamos, afirmando que están ahí porque quieren, que colaboran en la preparación del encuentro de su movimiento y que eso les gusta y les hace sentir bien. La profesora le baja dos al asunto y desde ese momento nos trata con otro talante. Algunas de estas situaciones adultocéntricas se repetirán a lo largo del encuentro. Forman parte de la batalla de ideas que coloca sobre la mesa de la historia este movimiento latinoamericano de la infancia trabajadora organizada.

El doctor Francisco González, especialista en salud y seguridad en el trabajo que acompaña al movimiento desde sus inicios, modera las jornadas y destaca la importancia de la realización de este encuentro en una universidad que lleva el nombre de Simón Rodríguez, quien fuera “el maestro del libertador Simón Bolívar, un pensador avanzado a su tiempo, que entendía que en el trabajo y en la educación de los niños y niñas se podían forjar ciudadanos libres, ciudadanos con pensamiento para liberarse de la esclavitud y del dominio de los imperios”. Francisco recuerda que la CORENATs “nació hace 20 años, entre otras cosas por el compromiso, por la militancia, por el amor de un extraordinario compañero que se llama Ángel González. Por eso nuestro reconocimiento y cariño para nuestro hermano”.

Las Jornadas se inauguran con la presentación de los NATs Jaxiel Gravobic y Arón Peña, de la CORENATs. A continuación, el protagonismo organizado de los NATs como forma de antagonismo social, económico y cultural, con las ponencias de otros 3 NATs: Elianny Rodríguez, Francesco Colmenares, ambos de la CORENATs y Esmeralda Curi Quispe, del MOLACNNATs. Elianny cuenta su experiencia como niña trabajadora y su participación en el grupo del MOANI, en la Ruezga Norte de Barquisimeto, desde los 8 años, al ser una experiencia histórica organizativa en el barrio en la que participó su mamá. Resalta que a través de la organización, ha conocido a gente de muchos países, “me gusta porque me enseñaron sobre los valores, el respeto, la amistad, y siempre lo digo, primero de todo me gusta porque los adultos me escuchan”. Francesco conversa sobre su participación en el movimiento y sobre las características de su grupo CULTINATs, en la comunidad Hugo Chávez de Trujillo. “La CORENATs me ha ayudado a entender la diferencia entre trabajo explotado y trabajo digno. La diferencia entre esos dos elementos es que en el trabajo explotado te obligan a hacer algo que no quieres, y muchas personas como ustedes han pensado que nosotros somos de eso. No. Nosotros defendemos el trabajo digno y nos sentimos bien trabajando. Lo primero que debemos tener los niños es dignidad”. Esmeralda conversa sobre su trabajo en la sierra campesina en tareas agrícolas, a las que se incorporó apoyando a su familia desde temprana edad. “Es algo muy mío, le tengo mucho sentimiento a este trabajo porque lo hacemos en la familia, también con mis tíos y mis primos, todos vamos en estas épocas a cosechar y a sembrar. Y estoy segura que esto ha ayudado a mi formación y mi identidad como niña trabajadora. Es algo cultural y también formativo. Para mí el trabajo ha significado mucho. Yo siento que además de una necesidad económica también existe una necesidad cultural, y también porque queremos hacerlo. Queremos ejercer un trabajo y nos gusta. Eso para mí es fundamental, tener una diferencia clara entre lo que es trabajo digno y lo que es explotación. Nosotros, como los adultos o la misma OIT, la Organización Internacional del Trabajo, debemos tener claro esta diferencia. Durante muchos años han tratado de erradicar el trabajo infantil, como ellos lo llaman, pero durante todo ese tiempo ha sido con violencia, con maltratos físicos y psicológicos… Los policías nos retiraban de las plazas cuando estábamos vendiendo. Hasta ahora no les ha funcionado y no les va a funcionar. (…) Los discursos de la OIT hablan de la prostitución infantil, de la trata de personas como trabajo, y a eso de ninguna forma se le puede llamar trabajo. Eso son delitos, son crímenes… Y si la misma OIT llama trabajo a esos delitos, no han entendido nada”.

A lo largo del encuentro, Francisco hace un repaso de los hitos históricos del movimiento en Venezuela. “Yo soy profesor en la UCLA, mi área de especialización es la salud en el trabajo, y en 1997 el compañero Ángel González se acercó para invitarnos a investigar el tema de los NATs de Sanare, específicamente de Palo Verde, y desde esa época el compañero nos ha ido enseñando, discutiendo, y nos incorporamos como posgrado en salud de los trabajadores en la línea del trabajo de las niñas, niños y adolescentes desde una perspectiva crítica, desde la perspectiva de que el trabajo no es un castigo de Dios, como dice alguna canción, `El Negrito del Batey´, sino que el trabajo es lo que nos permitió evolucionar como seres humanos y que la historia de la humanidad es posible gracias al trabajo. Trabajamos desde niños y niñas y reivindicamos el trabajo digno, el trabajo que enseña, el trabajo que educa, el trabajo que transmite valores, el trabajo en unas condiciones de salud y seguridad que no afecten a los niños y adolescentes, y ese es el trabajo que afortunadamente también hizo el comandante Hugo Chávez. Y les cuento que Chávez apoyó hace 20 años la creación de un programa dentro del Instituto Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo, el INPSASEL. El comandante Chávez me dio la tarea de crear esa institución, con un extraordinario equipo de compañeras y compañeros, y como ya veníamos trabajando el tema de los niños, niñas y adolescentes, invitamos al compañero Ángel González y él estableció allí un extraordinario equipo y crearon el Programa Nacional de Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores, el PRONATs. Y luego nació la CORENATs como espacio de protagonismo de los NATs”.

El venezolano Dafnis Rodríguez, doctor de la Universidad que nos acoge, en su ponencia para una concepción crítica y liberadora del trabajo de los niños, niñas y adolescentes,tras conversar sobre las lógicas coloniales tras la invasión del imperio español, señala la necesidad de “crear una nueva subjetividad crítica, liberadora”. Destaca la hegemonía del modo de trabajo asalariado en el capitalismo, “y ese trabajo asalariado nosotros trabajamos por erradicarlo como trabajo hegemónico. Esa es nuestra lucha”.

Alejandro Cussianovich, a sus 88 años, demuestra un estado de forma físico e intelectual admirable en su ponencia protagonismo y dignidad de las infancias trabajadoras como territorio de lucha  decolonial. “El título de este evento habla de infancias, en plural. No existe una sola infancia. Han querido universalizar una manera de entender a los niños y a las niñas. Ahí se metieron los psicólogos, los educadores, los pedagogos, hasta los médicos, con perdón de Francisco. Todo el mundo dice `el niño, la niña´, y se acabó, como si fuera igual a 4.000 metros de altura, como nos decía la compañera, a serlo en un valle, al borde del mar, en un río, en una isla a 3.800 metros como en el lago Titicaca, entre Bolivia y Perú. Entonces, el plural es muy importante, pero no solamente para decir `hay muchos´, sino la pregunta es las distintas batallas que dan las distintas infancias. Pero también me parecía clave el hecho de haber colocado Educación y Trabajo, porque ese ha sido y sigue siendo un territorio de permanente discurso desde organismos de Naciones Unidas para estandarizar. (…) Yo creo que aquí hay un problema, cómo educación y trabajo han sido escindidos, separados”. Escuchando a Alejandro el tiempo se detiene. Por eso cuando pregunta cuánto tiempo le queda, hasta el moderador se hace el loco. Nadie quiere que su palabra concluya porque lo que provoca es seguir anotando sus reflexiones en la libreta de la memoria. Como esa idea de la “ocupación de las conciencias”, que conecta con nuestras investigaciones sobre la domesticación a través de los aparatos mediáticos y culturales. “El modelo civilizatorio, pretendidamente hegemónico, capitalista y neoliberal, trabaja en ese campo. Ese es su territorio, su preocupación, ahí invierte, porque de ahí va a sacar lo que invierte multiplicado. Es decir, trabajar los afectos, los conocimientos, la ideas, los gustos, las vibraciones, lo que nos hace sentir bien. ¿Qué nos hace sentir bien ahora? ¿Qué le hace sentir bien a un niño que ha nacido en el campo, que ha tenido que cultivar con su familia la tierra, cuidar los animales, y después se le meten todos los aparatos actuales, que nos venden otras imágenes? `No me siento bien, tengo que viajar, tengo que ir a la capital, tengo que salir del campo para progresar´. Por ahí me parecía que tenemos que estar vigilantes”. Escuchando de nuevo su conversa, hago esfuerzos de selección y me tengo que decir `YA´ para no seguir transcribiendo su verbo irreverente. Ya pues. Los videos de su ponencia, como todas las del encuentro, se podrán visualizar en este espacio.

En la tarde de la primera jornada se desarrollan mesas de trabajo sobre las temáticas de los paneles centrales, con importantes ponencias como la del profesor Willian Arias y el colaborador Luis Delgado. En el espacio conducido por los NATs, los diferentes grupos de base presentan sus trabajos, que ambientan con papelógrafos las paredes del aula, y cuentan sus experiencias, las características organizativas de los grupos, las actividades que vienen realizando, y alguno de los grupos comparte bailes y hasta teatro, con una representación de Simón Rodríguez y su discípulo el libertador Bolívar.

La segunda jornada, tras una introducción de Francisco, comienza con las palabras de la doctora Zerit Sánchez, de la UNESR, quien afirma que está agradecida “por esta oportunidad que Dios me dio de conocer a esta organización hace aproximadamente 2 meses. Un tanto asustada, un tanto temerosa, un tanto inquieta, pero realmente un conocimiento que he adquirido extraordinario, un conocimiento de vida, así que mil gracias a la CORENATs”. La profesora pide escuchar con atención la canción “Zapatos de mi conciencia”, del eterno cantor popular venezolano Alí Primera, quien alumbra de poesía insurgente el auditorio. Francesco Colmenares resume la mesa de trabajo de los NATs en la jornada anterior.

La primera ponente de la mañana es la militante venezolana del colectivo Mujeres por la vida, Marijha Morales, quien conversa sobre perspectiva de género, infancia y trabajo. “Como feminista y como adulta me cuestiono constantemente… cómo acompaño a las infancias, cómo no reproduzco también una práctica y un discurso que inhabilite su palabra, cómo me muevo de mi lugar de poder para construir con ellas y no para ellas, cómo dejo de monopolizar la palabra y mejoro la escucha atenta, porque muchas de las demandas de las infancias organizadas también están expresadas en el movimiento feminista en cuanto al mundo patriarcal”. La separación artificial entre niños y adultos, continúa Marijha, está marcada “por relaciones en el ejercicio de un poder que está sustentado en una estructura social donde los niños y las niñas ocupan la base, y que se ven como seres incompletos, bajo el dominio de la sociedad adulta y sin capacidades ni responsabilidades para el trabajo, entonces los vemos como puro juego, inocencia y vulnerabilidad… Frente a esto, hay una necesidad de ir reinventando los conceptos sobre infancia e infancia trabajadora”. Marijha se refiere al ocultamiento del trabajo productivo de mujeres, niñas y niños, como es el caso de los trabajos domésticos y no remunerados, que nutren la economía oculta del capital.

La compañera de Vocesenlucha Vanessa Pérez desarrolla la ponencia comunicación e infancias protagónicas. De la Escuela Clásica a la corriente de Comunicación Popular latinoamericana, en la que platica sobre comunicación hegemónica y comunicación popular, y “vamos a defender la Comunicación Popular porque creemos que es una herramienta transformadora, emancipadora, liberadora que otorga protagonismo a todas las edades”. La clave de esta comunicación que defendemos es “la igualdad de condiciones, la alternancia de papeles”. Vanessa conversa sobre la experiencia de articulación entre Vocesenlucha y la CORENATs para el desarrollo de la Escuela de Comunicación Popular Siembra Venezuela, que trata de rescatar esa dimensión integral y dialógica de la comunicación. En esta época de capitalismo cibernético, se pregunta “¿qué consecuencias tienen las nuevas tecnologías en las infancias? ¿Cómo influyen en el desarrollo cerebral de niñas y niños? (…) La técnica no puede ser neutral bajo un modo de producción capitalista. Es fundamental reflexionar qué hacemos con esa técnica, cómo la usamos, para qué sirve y para qué no. ¿Cómo podemos producir formas de alfabetización masiva para niñas, niños, jóvenes y adultos en el manejo y apropiación crítica de las nuevas tecnologías?”.

El compañero italiano Giangi Schibotto, en su ponencia decolonialidad y nuevos horizontes epistémicos para las infancias trabajadoras, hace un repaso a algunas de las miradas y autores de la corriente decolonial. “Tenemos que hacer una operación de deconstrucción de nuestros parámetros mentales, decolonizar nuestras cabezas”. Aterrizando en nuestra temática, Giangi señala que “el niño trabajador es un escándalo, los padres de los niños trabajadores padecen un déficit moral, son malos. (…) El niño no existe como niño, es solamente un futuro adulto”. La mirada hacia la realidad de los NATs tiene dos caras, la represora y la asistencialista, afirma. Por un lado la policía o la judicialización de los familiares, y por otro “te doy un subsidio, una limosnita con tal de que no mandes a tus niños a trabajar”. Se pregunta “¿cómo se construye la imagen del otro en el caso del niño trabajador? Entre demonización y versión liberal del abolicionismo. (…) ¿Qué precio está dispuesta a pagar la sociedad para eliminar la supuesta barbarie de los niños trabajadores?… Telefónica invento una app en la que si se venía a un niño trabajador en la calle podías denunciarlo automáticamente. ¿Cuál es el precio?”, sigue preguntándose Giangi.

Francisco González, en la moderación continúa aportando insumos necesarios con sus reflexiones sobre la mirada crítica hacia las infancias y el trabajo. “En el pensamiento dominante los niños y niñas no deben trabajar. El trabajo es concebido como algo malo para las niñas, niños y adolescentes, y resulta que gracias al trabajo los niños y niñas en el sector rural se incorporan al mundo, asumen responsabilidades, tienen el aprendizaje, ayudan, se ganan el pan colectivamente, van construyendo su mundo y sus valores. Y ese trabajo, que no genera daño, es un trabajo constructivo, liberador, y era lo que planteaba el maestro Simón Rodríguez. Y nosotros tuvimos un niño trabajador en la presidencia de la República, que fue el presidente Hugo Chávez Frías, que era conocido como el arañero, porque vendía aquellas galletas de araña que hacía su abuela, y por eso los niños y adolescentes de la CORENATs asumieron la imagen del arañero como su logo de identificación. Ese niño que vemos ahí -dice Francisco señalando la bandera del movimiento- con esa bandeja de galletas hechas de papelón, ese es el Comandante, es la imagen del arañero Hugo Chávez Frías, que fue un niño trabajador”.

En la tarde se realizan las correspondientes mesas de trabajo, con extraordinarias ponencias como las de investigadores de la universidad, del colaborador Nelson Arispe o de nuestros hermanos sanareños Xiomara Colmenares y el Morocho Juan Ramón Escalona, quien ilumina de poesía el espacio con sus décimas de konucos, niñas luciérnagas y niños cocuyo. En el espacio de los NATs, recreación y un maravilloso compartir ambientado por las habilidosas representaciones musicales de las niñas y niños artistas del Conservatorio de Estudios Populares del Arte y la Sociología, CEPAS.

La tercera jornada, el compañero de la CORENATs Jesús Parra, quien como señaló Francisco fue uno de aquellos niños a los cuales recibió Chávez en su programa Aló Presidente en 2008, “un militante que hoy es diputado de la asamblea legislativa del Estado Trujillo y desde allí está organizando el trabajo formativo y de organización de los NATs”, aborda la plenaria con las conclusiones de las ponencias centrales y las mesas de trabajo. A continuación, los comentarios finales de Vanessa Pérez, William León (TDH Colombia), Alejandro Cussiánovic, Esmeralda Curi Quispe y Giangi Schibotto. De la mano de la colaboradora Dinoskar Jiménez, se hace un reconocimiento a los y las compañeras ausentes, quienes nos dejaron, como diría Alí Primera, cambiando de paisaje, y que hacían parte del movimiento. Dinoskar pide un minuto de aplausos en homenaje a ellos.

La nota desafortunada del encuentro la pone un inapropiado cierre de una autoridad de la universidad que por respeto a la institución no vamos a nombrar pero que sin embargo refleja la mirada adultocéntrica que predomina en amplios espacios y que el movimiento combate desde hace décadas, lucha que precisamente nos convoca en estas jornadas. Lo inapropiado del hecho no es tanto la posición, que puede ser debatida, discutida y por qué no susceptible de ser replanteada, como ha pasado con tantas voluntades, sino la ausencia durante el debate y el pretendido intento de “sentar cátedra” en el momento final del encuentro con una posición cerrada que provoca el malestar de los propios niños, niñas y adolescentes y levanta sus cantos de batalla: “¡Qué alegría, qué alegría, encontrar la CORENATs, para hacer revolución, revolución, y la vida transformar!”, “¡Alerta, Alerta, Alerta que caminan los NATs organizados por América Latina”, “¡Los NATs lo dicen, y tienen la razón, sí al trabajo digno y no a la explotación!”. “El trabajo de estos niños contribuye al mantenimiento de las familias más vulnerables desde el punto de vista económico”, sentencia Francisco, quien apunta que “nosotros también estamos en contra de la explotación de los niños y adolescentes, como estamos en contra de la explotación de los trabajadores tengan la edad que tengan. Y estamos en contra del capitalismo, y el trabajo en adecuadas condiciones se convierte en un elemento de protección para evitar caer en esos vicios y en esas desviaciones”.

El cierre cultural a cargo del CEPAS, devuelve la alegría al espacio con los bailes de negras y negros rebeldes del Tamunangue, poniendo a bailar a los presentes. Tamunangue que también nos acompaña en el almuerzo, a cargo del grupo ONATSJO, para lo cual nos desplazamos hasta el barrio San José Obrero, a las instalaciones de la histórica Empresa de Producción Social de la CORENATs Frutinats, construida con el apoyo de la República Bolivariana a raíz del encuentro de los NATs con Chávez en 2008. Qué mejor lugar para soplar las velas de la torta de los 20 años del movimiento. A destacar que durante todas las jornadas un equipo de mujeres vinculadas a la organización, en especial las colaboradoras de San José Obrero, asumen la responsabilidad de alimentar los estómagos y conciencias de las y los presentes. Nuestro reconocimiento y agradecimiento a las compañeras Gaby, Marilyn, Fanny y Danny.

Tras las jornadas en Barquisimeto, NATs y colaboradores nos desplazamos hasta Palo Verde, en las verdeazules montañas de Sanare, para seguir discutiendo entre NATs y colaboradoras/es sobre las nuevas formas de explotación del trabajo y las infancias, así como los retos del movimiento. Entre las idílicas instalaciones de bioconstrucción de Conuco Colibrí realizamos una asamblea general de evaluación colectiva donde niñas, niños, colaboradoras y colaboradores realizan una valoración del encuentro. Es generalizada la apreciación de lo valioso de estos días de intercambio. Entre las cosas que no gustaron, los chamos comentan que en una ocasión no les ofrecieron el café y las pastas que sí les llegaron a los adultos. Muy comentada fue la ya nombrada intervención final, que pese a su irrespetuosidad, fue valorada como un hecho interesante, porque, tratando de recordar las palabras de Francesco, “nos muestra una opinión que tienen más personas, y eso nos hace ver que tenemos que tratar de tener argumentos para hacerles ver nuestra visión, lo que pensamos, y quizá se pueda dar la ocasión de debatir con esa persona e incluso que pueda cambiar su pensamiento”.

En las nutritivas dos jornadas que trabajamos en Palo Verde, Alejandro y Giangi nos siguen deleitando con sus ideas mientras los NATs desarrollan una agenda paralela de actividades formativas con el MOLACNNATs. Alejandro platica sobre la función del colaborador y Giangi sobre la categoría de explotación, cómo opera en su forma clásica y cómo está operando en esta nueva época digitalizada. Las nuevas formas de trabajo implican nuevas formas de acumulación de plusvalía por parte del capital, como el tiempo que dedicamos a navegar por la red, con un teléfono en nuestras manos, nueva variante de explotación invisible de niños y adultos. En la última asamblea general, la compañera Yelitza Fernández, de Boconó, hace un excelente trabajo de traducción de las conversas de Giangi y Alejandro a los chamos, lo que provoca estimulantes reflexiones y comentarios. Los diferentes grupos de niñas y niños presentan sus trabajos y aprendizajes en estos días. Los cantos, fotos grupales y compartires espontáneos ponen la nota final a estas jornadas que suponen un nuevo impulso de pensamiento crítico al movimiento de niñas, niños y adolescentes trabajadores organizados.

No podemos marcharnos de Sanare sin conspirar para la realización de un encuentro de Alejandro, Giangi, Esmeralda y Ioannys con el inspirador equipo de la biblioteca Renato Agagliate en Sanare. Honorio Dam, los morochos Escalona, Xiomara, Mario, Rosibel, el Chino, Palmira, Yuslenny… dibujan un hermoso intercambio de palabras e ideas con los invitados internacionales que pone la guinda de la torta a estos días de compartires, debate y aprendizajes. Aunque breve, este encuentro en la biblioteca es de una fecundidad luminosa donde no faltan los duendes, las luciérnagas y los cocuyos. Benditas luciérnagas y cocuyos. Mucho mejor, si están organizados.  

Raúl García es maestro, antropólogo y comunicador de Vocesenlucha

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