PETRO NO APRENDE

Por Jairo Fuentes, Dignidades desde la Prisión

«La historia no puede ser la repetición anecdótica de los acontecimientos. Ésta debe ser la maestra de la cual se aprende, y es ahí donde surge la pregunta: ¿Petro no puede o no quiere aprender? ¿Un político tan sagaz sigue cometiendo los mismos errores?»

Para un país y sus habitantes resulta muy difícil evolucionar y construir un futuro mejor si no conocen su historia en profundidad. Esta afirmación está reflejada en la famosa frase “Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”, atribuida por unos, al poeta y filósofo estadounidense de origen español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás, y por otros al abogado, periodista, político, estadista argentino y Presidente de Argentina entre 1874 y 1880, Nicolás Avellaneda.

(Tomado de: AQUÍ )

Algo está pasando en Colombia, me dijo un amigo español, cuando se confirmó el triunfo de Gustavo Petro como presidente para el próximo cuatrienio, encarnando las esperanzas de muchos y muchas «nadies», como logró posesionar el término la luchadora social Francia Márquez, ahora vicepresidenta del país, quien además quiere que todos los colombianos Vivamos «SABROSO».

Y evidentemente algo está pasando, cuando, a pesar de las maquinarias de la oligarquía, de las acostumbradas mentiras y exageraciones sobre la posición ideológica y política de Petro, tildándolo de comunista, cuando apenas si alcanza a ser un liberal progresista, que no era otro el ideario político del M-19, por más organización guerrillera que hubiese sido, les gana en franca lid y con las mismas herramientas electorales diseñadas por esa oligarquía, confiadas en que con ellas evitarían la «HECATOMBE».

Qué no se dijo de Francia Márquez, desde tratar de desprestigiarla por su color de piel, hasta asegurar que era guerrillera del ELN.

Entonces, unos pocos que ya viven más que sabroso y les da alguito de prurito ver que los demás quieren vivir, no tan sabroso, pero por lo menos, tal como lo dice Caparrós, que organismos tan complejos no vivan vidas de mierda, esos de vida sabrosa y holgada, viendo la realidad política y económica que ellos mismos causaron queriendo mantener su status, presintiendo que el «Cristo se les volteaba de espaldas» se fueron plegando poco a poco: Unos desde temprano, algunos después y otros cuando ya la derrota electoral los convenció.

Qué le vamos a hacer, si el mismo Jesús en su infinita sabiduría, enseñando con parábolas dijo que tanto los trabajadores que llegaron desde la mañana, como los que lo hicieron a medio día, al igual que los que se sumaron cuando ya terminaba la jornada, todos merecían el mismos salario. Así que, para qué apurarse; mejor esperar. Y ahora que los «nadies» quieren también «vivir sabroso», qué mejor que «estar de acuerdo», cuando no asumirse como uno de ellos: «mansos como palomas y astutos como serpientes», también dijo el mismo Jesús, pero también Nicolo Maquiavelo cuando aconsejó que si no se podía con el enemigo, lo mejor era unírsele.

Así entonces, pareciera que la sentencia del epígrafe no es muy conocida -al igual que la historia- y, por lo visto, mucho menos practicada por quienes hacen, o pretenden hacer historia.

Lo anterior quedaría demostrado con las decisiones que en materia de gabinete de gobierno, está tomando el presidente electo Gustavo Petro. En ese sentido, ya tuvo las «amargas» experiencias con los hermanos Moreno, que bien se merecieron el mote de «calentamiento global» porque acabaron con el polo (Polo Democrático Alternativo) por sus actos de corrupción cuando uno de ellos (Samuel) fue alcalde de Bogotá.

Claro que la decisión de que los hermanos Moreno se integraran a ese partido, no fue solamente de Petro, sino de una posición mayoritaria que consideró que «dentro de la diferencia se puede construir», y se construyó; demorado y con corrupción de por medio, o mejor, como fin, pero se construyó la calle 26 (avenida El Dorado). El Dorado fue para los hermanos Nule y Moreno, que presos y todo, viven como el mítico señor de la leyenda que encegueció a nuestros antepasados castellanos y que los dejó dorados a todos: a unos con el oro y a otros por el sol tropical que les quemó la piel.

Ahora bien. Con todo y lo ocurrido con los Moreno, Petro no aprende y apoya la elección de Alejandro Ordoñez cómo procurador General de la Nación, porque según él (Petro), quería demostrar -nuevamente- que dentro de la diferencia se puede construir. Petro parece que por estudiar economía no ha estudiado historia, pues si así fuera, estaría enterado de lo que le pasó a José Antonio Galán (caudillo de la sublevación comunera de 1781), cuando dejó escapar al intendente Gutiérrez de Piñeres, quien luego de que el rebelde fuera capturado y juzgado por Traición, sería el encargado de leerle la sentencia de muerte y asolamiento de su hacienda y de su familia.

Así pues, de la misma manera Ordóñez persiguió a Petro enconadamente, cual Torquemada persiguiendo brujas y herejes para quemar en la hoguera, decretando su destitución e inhabilidad política por 18 años, con el objetivo claro de que no pudiera ser candidato a la presidencia.

Hoy, Petro sigue terco y no coge vergüenza[1]: hace alianzas con sectores de la política tradicional para ganar las elecciones, y luego que lo logra invita a sus más acérrimos enemigos y a los más reconocidos hipócritas de la oligarquía, para de esa manera tener gobernabilidad, porque, «dentro de la diferencia se puede construir» . Muy loable su manera de ver y ejercer la política; pero, la historia no puede ser la repetición anecdótica de los acontecimientos. Ésta debe ser la maestra de la cual se aprende, y es ahí donde surge la pregunta: ¿Petro no puede o no quiere aprender? ¿Un político tan sagaz sigue cometiendo los mismos errores?

He ahí la cuestión. Petro no es ningún bruto ni desconocedor de la historia. Al contrario, el conocimiento de la misma lo ha vuelto terco, porque esa maestra le ha enseñado con lágrimas que de las derrotas salen victorias, lo cual no quiere decir que siempre tenga la razón; pero, para solo recabar sobre los ejemplos ilustrativos, veamos:

  1. Petro supo aprovechar, en el mejor sentido, el caso de los Moreno para denunciarlos, y si bien es cierto el polo se derritió, Petro salió ganador de este suceso y su carrera política, iniciada con el M-19 -que también se derrumbó- se catapultó.
  2. En el caso de Ordóñez, nada más a propósito para lanzarlo a una candidatura presidencial que el odio enconado de Ordóñez y su camarilla de palomas y cabales, uribes y gavirias (José Obdulio)

Ahora bien, si seguimos haciendo alusión al caso del comunero José Antonio Galán, es cierto que murió derrotado; pero la salida iniciada por él salió triunfante 38 años después de su martirio y el de su familia, con la independencia del yugo peninsular, alcanzada por los ejércitos libertadores al mando de Simón Bolívar.

Petro, hasta ahora ha salido triunfante de todas sus derrotas en el intento por demostrar que en la diferencia (oligarquía-pueblo) se puede construir. Los ejemplos anteriores demuestran que no, porque las diferencias no son sólo ideológicas sino de intereses políticos y económicos. Los Moreno no entraron al Polo Democrático con el fin de buscar el bienestar de la mayoría, sino la mayoría de pesos que se pudieran embolsillar.

Ordóñez, por su parte, se diferenció de Petro en que mientras este buscaba el bienestar de los recicladores, aquel perseguía el bienestar de los dueños de los monopolios de las empresas encargadas de las basuras.

Así, Petro ha logrado demostrar que por más que haya querido, con ese tipo de diferencias no se ha podido construir, pero el sigue terco y ahora como presidente lo intenta de nuevo. Seguramente el resultado será nuevamente el mismo. Y el asunto ya no será solo si Petro sale bien librado, sino si el país sale ganancioso si con ello se logra consolidar un proceso popular, ese sí dentro de las diferencias -entre iguales- ya advertidas por Camilo Torres Restrepo, que demuestre que la izquierda lo hace mejor que la derecha, siempre y cuando los dirigentes de izquierda no se contagien de los vicios burocráticos y politiqueros de la derecha, y tengan claro que la revolución se hace subvirtiendo el orden, no apalancando el sistema para que no se caiga.

En conclusión, es innegable que dentro de la diferencia se puede construir. Es más. Es necesario construir. Lo que también es innegable es que dentro de las desigualdades sí es imposible construir, máxime cuando estas implican que unos vivan como Brahmanes y otros como parias. Unos comiendo manjares para cagar y otros comiendo mierda de los que comen manjares.


[1] Coger vergüenza, expresión propia de Colombia que significa aprender, sacar experiencia

Por Jairo Fuentes, prisionero político colombiano.