
LULA: AL EQUILIBRISTA LE MOVIERON LA CUERDA
Por Guillermo Cieza
«La ultima novedad fue la amenaza de Donald Trump de sancionar con suba de aranceles a los integrantes del BRICS, y a todos los países allegados, alegando que están conspirando contra la hegemonía del dolar.»
11 de julio de 2025 | Fuente: Huella del Sur
En un momento en que Brasil asumió la presidencia pro tempore del devaluado Mercosur, y del pujante BRICS, las dotes de equilibrista de su presidente Ignacio Da Silva “Lula”, se tienen que extremar porque el gobierno de Estados Unidos le empezó a mover la cuerda.
La historia de las vacilaciones y los dobles juegos de Lula, en política internacional no es nueva. Desde hace años se ha dicho que la política de Itamaraty siembre ha tenido complejidades que incluyen el hecho que después del regreso en Brasil de la democracia, en ese Ministerio los militares nunca se terminaron de ir. Entonces, las decisiones que surgen en ese lugar combinan gestos de soberanía, con la búsqueda de aumentar su influencia regional y un pragmatismo que los conduce a negociar siempre con los que consideran poderes hegemónicos mundiales. A modo de ejemplo, cuando surgió la iniciativa del ALCA, el gobierno de Lula era partidario de un ALCA atemperado. En ese momento la fuerte postura de Hugo Chávez, que había conseguido el apoyo de Néstor Kirchner, de Evo y Correa, definió la posición de NO al ALCA.
La iniciativa de sumarse a los BRICS, fue de Lula, pero cuando asumió Bolsonaro, Brasil no se retiró de los BRICS a pesar del que entonces presidente derechista se sentía muy incomodo en esas reuniones. El retorno de Lula a la presidencia, reafirmó el protagonismo en ese bloque de países, pero una de sus primeras iniciativas fue vetar el ingreso de Venezuela para sorpresa de los otros países miembros. Poco tiempo después, cuando se agravó el conflicto del Esequibo entre Venezuela y Guyana, el gobierno de Lula apoyó a Guyana, que está fuertemente influenciado por Estados Unidos. La explicación que encontraron muchos analistas fue que los militares brasileños se oponen a que cualquier país, con potencialidades de peso regional, les dispute el control del Atlántico Sur.
Todas estas decisiones que hacen buena letra con Estados Unidos fueron compensadas con declaraciones que califican el accionar de Israel como un genocidio, lo que le ha costado ser calificado como persona “no grata” en ese país. Tambien se negó a involucrarse en la guerra de Ucrania defendiendo a Zelenski. Pasó de condenar la “invasión rusa”, a declarar que Europa y Estados Unidos estaban prolongando la guerra entregando armas a Ucrania, para despues sostener que había que llegar un acuerdo de paz donde Rusia devolviera los territorios ocupados, pero Ucrania renunciara a la Península de Crimea. Como le suele suceder a los equilibristas políticos, solo consiguió que los dos bandos repudiaran sus declaraciones.
Uno de sus últimos actos políticos fue viajar a Buenos Aires para la reunion del Mercosur, y aprovechar la visita para ir a abrazar a la ex presidenta, actualmente detenida, Cristina Fernández, lo que ocasionó la furia de Javier Milei. Lula devolvía el gesto de que, cuando fue detenido, recibió el apoyo de Cristina y el presidente Alberto Fernández.
La ultima novedad fue la amenaza de Donald Trump de sancionar con suba de aranceles a los integrantes del BRICS, y a todos los países allegados, alegando que están conspirando contra la hegemonía del dolar. Esta acusación es cierta. Desde hace tiempo los miembros del BRICS están haciendo intercambios comerciales utilizando sus propias monedas y en algún momento han pensado en crear una nueva divisa con más respaldo que el dolar.
Volviendo al doble juego que ha caracterizado a la política internacional brasileña, Lula sorprendió a los representantes de los otros países miembros con una propuesta que apuntaba a diluir los BRICS, integrándolos a otros bloque existentes como el G20, que no tiene el perfil de enfrentar la hegemonía de Estados Unidos. La propuesta fue rechazada de plano.
Descontento con el fracaso de esa iniciativa, Donald Trump, acaba de anunciar que le aplicara aranceles del 50% para todos los productos brasileños que ingresen a Estados Unidos. La respuesta de Lula no se ha hecho esperar: “Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptará ser tutelado por nadie”. Agregó ademas que: “Cualquier medida de elevación de tarifas de forma unilateral será respondida a la luz de la ley brasileña de reciprocidad económica”. Lula se queja por los nuevos aranceles, pero también porque Estados Unidos está interfiriendo en el juicio a Bolsonaro, por su intento de golpe de Estado, cuando los tribunales están a punto de dictar sentencia. Trump calificó el proceso judicial contra Bolsonaro como “una vergüenza internacional“. Y pretendió ordenar: “Este juicio no debería llevarse a cabo. ¡Es una cacería de brujas que debería terminar INMEDIATAMENTE!”
El gobierno de Estados Unidos no parece conforme con la actitud dual de Lula en política internacional y le empezó a mover la cuerda donde hace equilibrio. Buscando apoyos el presidente de Brasil convocó a una reunión urgente de gabinete. Seguramente, también en Itamaraty los militares se estarán reuniendo para ver cómo enfrentan la emergencia.
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