LUIS DE LA PUENTE UCEDA. 95 ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO
1926 – 1 DE ABRIL – 2021
«Era el político que enseñaba y predicaba con el ejemplo. Fue implacable combatiendo las inconsecuencias políticas, los oportunismos y las transgresiones a la disciplina, a la ética y a los principios revolucionarios».
Lima | 1 de abril de 2021
Este 1 de abril, recordamos que hace 95 años nació en Santiago de Chuco, provincia de La Libertad, en la sierra norte del Perú, el comandante revolucionario LUÍS DE LA PUENTE UCEDA. De la Puente, fue Secretario General del MIR y el 23 de octubre de 1965, a los 39 años de edad, cayó combatiendo por la revolución socialista en los andes cusqueños. Como recuerdo y homenaje a su trayectoria heroica recojo, a continuación, partes de mi colaboración publicada en el libro el MIR histórico que se editó el 2015:
Lucho de la Puente fue un líder excepcional y un ejemplo de capacidad, consecuencia y honestidad. Gracias a su acertada dirección política, la gesta del MIR fue una obra colectiva en la que participaron y entregaron sus esfuerzos, su libertad y muchos su propia vida, valiosos compañeros que ya pertenecen a lo mejor de la historia de nuestra patria.
De la Puente fue un destacado líder estudiantil llegando a ser Presidente de la Federación Universitaria de Trujillo, Universidad en la que estudiaba. Cuando en 1953 cursaba el cuarto año de Derecho fue apresado, llevado a Lima y meses después deportado a México.
Lucho no se resignó al exilio y dejó México para volver clandestinamente al Perú como integrante de un comando subversivo aprista (partido en el que, en ese entonces, militaba) que conspiraba para derrocar al dictador Manuel Odría. Delatado por uno de los involucrados en la conspiración, fue encarcelado en el Panóptico de la Penitenciaría de Lima.
Tiempo después, el 27 de diciembre de 1955, gracias a las luchas del pueblo contra la dictadura, Lucho de la Puente fue puesto en Libertad junto con otros presos políticos de izquierda. En esas luchas destacó la gesta del pueblo arequipeño de diciembre de 1955 donde hay que recordar la participación del joven estudiante Oscar Balbuena Marroquín quien perdió el ojo derecho ante la brutal represión policial.
Ya en libertad, cuando Lucho llegó a Trujillo, afronta serios problemas de salud, en particular una dolencia asmática y una úlcera gástrica, debido a las duras condiciones carcelarias y que lo acompañarían hasta el fin de sus días.
Pese a ello, se reintegró con gran dinamismo a las actividades estudiantiles y políticas y asumió importantes responsabilidades como la vicepresidencia de la Federación de Estudiantes del Perú (FEP), en 1957, en el Congreso Arequipa. Ese año viajó a Nigeria (África) como delegado peruano a un congreso internacional de estudiantes universitarios. Al mismo tiempo prosiguió sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional de Trujillo graduándose de abogado en 1958 con la Tesis “Hacia la Reforma Agraria en el Perú”. Ya como profesional se dedicó casi exclusivamente a la defensa de los trabajadores, especialmente de los campesinos.
Como dirigente del Apra, partido que en esos años levantaba banderas antimperialistas y antioligárquicas, Lucho logró tener ascendencia en las bases, especialmente en sectores juveniles y de trabajadores, por su capacidad, entrega y entusiasmo para asumir las responsabilidades políticas que se le confiaban. Resaltaba por su personalidad carismática. Era un hombre estudioso, buen orador y agudo polemista. Se especializó en el problema agrario y dedicó gran atención a la situación de los campesinos pobres de las comunidades indígenas.
Era un político que exponía sus ideas en forma directa y clara, no andaba con rodeos ni medias tintas. Era exigente consigo mismo y sus compañeros, pero también fraterno y solidario. Era el político que enseñaba y predicaba con el ejemplo. Fue implacable combatiendo las inconsecuencias políticas, los oportunismos y las transgresiones a la disciplina, a la ética y a los principios revolucionarios.
Por su manera de ser y actuar, Lucho tuvo muchos amigos, admiradores y fieles seguidores, pero también peligrosos enemigos y detractores que lo atacaron y calumniaron.
En 1956 se opuso tenazmente al pacto electoral que la dirigencia del Apra había tramado con el oligarca Manuel Prado Ugarteche para elegirlo como Presidente de la República en el denominado gobierno de la “Convivencia”
De la Puente fue varias veces sometido a procesos disciplinarios dentro del Apra. Finalmente fue expulsado junto con otros dirigentes en la IV Convención Nacional del partido aprista el 12 de octubre de 1959, tras presentarse una moción, que él redactó casi en su integridad, de análisis de la realidad nacional y de crítica a la dirección aprista.
Con él fueron expulsados ocho de los firmantes (Carlos Malpica, Gonzalo Fernández Gasco, Manuel Pita Díaz, Luís Iberico Mas, entre otros) y los restantes sometidos a disciplina con trámite de expulsión. Fue el detonante de la gran crisis partidaria.
Ese mismo día los expulsados y disidentes acordamos constituir el Comité Aprista de Defensa de los Principios Doctrinarios y de la Democracia Interna. Seis meses después, en mayo de 1960, se toma la denominación de Apra Rebelde y, en junio de 1962, al abandonar definitivamente los postulados apristas y cuando se adopta como teoría y como método el marxismo leninismo, se asume del nombre de MIR, organización que en 1965 irrumpe con la lucha guerrillera para la instauración del socialismo.
En esa lucha revolucionaria entregaron heroicamente sus vidas miembros del Comité Central del MIR con Luís de la Puente Uceda como su Secretario General y los compañeros Guillermo Lobatón Milla, Enrique Amaya Quintana, Máximo Velando Gálvez, Paúl Escoba, así como incontables guerrilleros miristas y población civil víctimas de la más despiadada represión contrarrevolucionaria. Todos ellos viven eternamente en las luchas permanentes de nuestro pueblo.
HONOR Y GLORIA AL COMANDANTE REVOLUCIONARIO LUÍS FELIPE DE LA PUENTE UCEDA. HONOR Y GLORIA A LOS HÉROES DEL PUEBLO
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