«Cuando lanzan un mensaje desde Estados Unidos, el propio presidente, de que va a haber castigo si no se elige a determinado candidato y dice directamente no voten por Rixi Moncada, que es el comunista y con esa no voy a trabajar, entonces ahí hay una primera advertencia»

25 de diciembre de 2025 

Honduras celebró el pasado 30 de noviembre elecciones generales y el Consejo Nacional Electoral (CNE) aprovechó la Nochebuena del 24 de diciembre para declarar al candidato Nasry Asfura, del Partido Nacional y respaldado por Donald Trump, como presidente electo para el período 2026-2030.

Estados Unidos, la Unión Europea y la Misión de Observación Electoral de la OEA (MOE/OEA) en Honduras validaron los resultados sin concluir el escrutinio total de las actas ni resolver las impugnaciones pendientes, en medio de acusaciones y denuncias de fraude, injerencia estadounidense y compra de votos.

Según el CNE, Asfura obtuvo el 40,27 % de los votos; Salvador Nasralla, del Partido Liberal, el 39,53 %; y Rixi Moncada, de Libre, el 19,19 %. Representantes de los partidos Libre y Liberal anunciaron que impugnarán el resultado, y queda claro que la crisis provocada por el golpe de Estado de 2009 dista mucho de haber sido superada durante el mandato de la presidenta saliente Xiomara Castro, de Libre.

Bartolo Fuentes es un periodista y político hondureño. Desde el golpe de Estado de 2009 contra el presidente Manuel Zelaya tuvo un papel destacado como activista del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y, posteriormente, en la apuesta electoral de dicho movimiento con la creación del partido Libertad y Refundación (Libre). Fue elegido diputado del Partido Libre en las elecciones de 2013 y 2021 y acompañó las caravanas de migrantes que desde Honduras se dirigían a Estados Unidos huyendo de la pobreza y la violencia, siendo detenido y deportado desde Guatemala por su participación en dichas movilizaciones.

El pasado 19 de diciembre mantuvimos una entrevista en Tegucigalpa, en la que le preguntamos su opinión sobre el primer gobierno de un partido ajeno al bipartidismo tradicional —en el que el Partido Liberal y el Partido Nacional se han turnado en el poder desde 1894—, desde la victoria de Xiomara Castro en 2022 al frente del Partido Libertad y Refundación (Libre), así como sobre los alcances de su gestión y su relación con los movimientos sociales.

L.M.: Después del golpe de Estado de 2009 y los fraudes electorales de 2013 y 2017, ¿cómo consiguió el pueblo hondureño superar la decepción y ganar las elecciones en 2021?

Bartolo Fuentes: Nosotros estamos convencidos de que ganamos las elecciones de 2013, pero la forma en que se realizaron permitía robarlas con facilidad, porque no había un control de cuánta gente llegaba a votar y podían reportar perfectamente una cantidad de votos inexistentes en cada centro electoral. Sabemos que ganamos, pero en ese momento no se tenía la capacidad logística para cubrir todos los centros de votación. Perdimos la Presidencia de la República, pero se ganó una buena cantidad de alcaldías y 37 diputaciones. Para la gente de la Resistencia, que por primera vez íbamos a un proceso electoral como Partido Libre, eso fue un gran triunfo.

Desde 2014 hasta 2018 libramos una batalla en el Congreso Nacional que nos permitió posicionarnos ante el pueblo hondureño. Luego se dio la coyuntura de la reelección ilegal de Juan Orlando Hernández, lo cual generó un rechazo mayoritario y permitió que Xiomara Castro recogiera esos votos, tanto de Libre como de sectores que querían que Juan Orlando saliera de la Presidencia. En 2017, Xiomara Castro había cedido la candidatura presidencial a Salvador Nasralla; fuimos en alianza y el fraude fue más descarado y evidente. La gente quedó convencida de que Juan Orlando no solo se estaba reeligendo ilegalmente, sino que estaba ganando de manera fraudulenta.

El 2021 fue una revancha del pueblo hondureño contra Juan Orlando Hernández y se consideró que Xiomara Castro era quien tenía mayores posibilidades de derrotarlo. Salvador Nasralla se sumó a última hora como designado presidencial en la fórmula de Xiomara. Juntar esas dos fuerzas permitió derrotarlo con una cantidad de votos nunca antes obtenida en el país.

Después de esa victoria electoral y la entrada en el gobierno en 2022 ¿cuál es el balance que hacen ustedes de de este periodo de cuatro años de de gobierno?

Lo primero que se demostró es que se puede hacer un gobierno con un enfoque diferente. Es evidente, todos los gobiernos anteriores estuvieron orientados a favorecer las élites económicas del del país en cuanto a políticas de Estado y en la infraestructura. Es un gobierno que volvió la mirada hacia los sectores más abandonados. Quizás eso mismo nos pasó factura porque no es lo mismo hacer obras monumentales a la vista de todo el mundo y que sirven para hacer publicidad que construir una carretera o hacer un puente allá en una zona rural donde solo la ven los habitantes que circulan por la misma y Libre fue por ahí, se hicieron unos hospitales, algunos inconclusos.

Se avanzó en la reducción de la pobreza, se apoyó al campo, se recuperó la empresa estatal, sobre todo la empresa de energía que estaba puesta para ser vendida y ha sido recuperada, se redujeron las pérdidas, se potenció la generación y se declaró inconstitucional una ley de privatización de la salud, se eliminó la que permitía la venta de territorio, las concesiones de algo que solo en Honduras se había intentado hacer con las Zedes (Zonas de Empleo y Desarrollo Económico), espacios de territorio donde no iban a regir las leyes de Honduras, donde no iba a tener jurisdicción ni la policía, ni los juzgados, ni nadie, íbamos a tener que pedir permiso los hondureños para entrar ahí.

El balance de gestión del gobierno si se mira objetivamente es muy bueno, claro que no es todo lo que se deseaba. Por ejemplo, no se pudieron recuperar completamente las carreteras, debido a contratos con cláusulas que si se cancelan los mismos hay que pagar todas las ganancias que iban a tener durante el periodo de concesión, igual el mismo edificio eh donde funciona el gobierno que esta concesionado por 30 años y con unas cláusulas que si terminas con el contrato entonces a ellos hay que pagarle todas las ganancias.. Aun así, el gobierno demostró que sí se puede gobernar en favor de la mayoría y hacer del Estado una empresa eficiente, como con el Programa de Energía Gratis, un subsidio que benefició a casi un millón de familias pobres que consumen menos de 150 kWh al mes.

En el plano político, al Partido Libre le faltó hacer más trabajo político, no proselitismo. Algunos dicen que faltó publicitar las obras; también es cierto, porque el cerco mediático es terrible, a pesar de las carreteras construidas y las obras de todo tipo. El trabajo político es organizar a la gente, hablar con la gente, hacerla pensar y reflexionar, darse cuenta de que este gobierno es muy diferente a todos los otros que se que se habían tenido y que en verdad se estaba pensando en favorecer al pueblo. Eso no se hizo y se creyó que solo con la obra social y la labor del gobierno se iba a convencer de que el Partido Libre era bueno y lo iban a respaldar. Ahí el balance es totalmente negativo. Los otros sí cuentan con la fuerza de los medios de comunicación, con una gran parte de las iglesias evangélicas y una parte de la iglesia católica, que estuvieron de manera permanente cuestionando al gobierno, señalando los errores -por mínimos que fueran-, volviéndolos enormes e invisibilizando todo lo que había pasado antes con un gobierno que dejó al país altamente endeudado con casi veinte mil millones de dólares de deuda externa y con la deuda social muy alta: la mitad de los centros escolares destruidos o semi-destruidos y un deterioro tremendo en salud.

Estamos en medio de una crisis institucional y no se sabe todavía el ganador de las presidenciales. En todo caso, parece claro que el Libre ha perdido muchos votos y que no ha tenido el respaldo mayoritario de las elecciones anteriores. ¿En qué ha fallado o se ha desconectado el Libre con el electorado?

Bueno, hay tres niveles de elecciones: alcaldías, diputaciones y presidencia. En la presidencia tenemos una votación bastante baja; en las alcaldías tenemos un resultado, digamos, aceptable. O sea, Libre tiene más de 1.100.000 votos en la alcaldías, pero no llega a 700.000 en las presidenciales. Entonces ahí hay una una disparidad que no cuadra. Algunos candidatos a alcalde prácticamente renunciaron a hacer el trabajo en favor de la candidata presidencial y se centraron en hacer su trabajo en favor de su candidatura local; ese es un factor interno. Luego hay que saber que entre el Partido Nacional y el Partido Liberal hicieron una alianza de hecho y todos sus ataques fueron contra el Partido Libre.

Algo que influyó muchísimo en la última semana, que ya es de silencio electoral, donde ningún candidato hace publicidad , ni hay proselitismo, fue la intromisión directa, descarada y abierta del presidente de los Estados Unidos. Eso quizás a alguien fuera de Honduras le pueda parecer poco, pero hay que contextualizar: Honduras depende económicamente de las remesas que llegan de Estados Unidos; es decir, aquí el 26% del producto interno bruto son las remesas. No es la maquila ni el azúcar…, nada.  Y otra gran parte es el narcotráfico, el lavado de activos, el dinero de los negocios ilícitos.

Cuando lanzan un mensaje desde Estados Unidos, el propio presidente, de que va a haber castigo si no se elige a determinado candidato y dice directamente no voten por Rixi Moncada, que es el comunista y con esa no voy a trabajar, entonces ahí hay una primera advertencia. Pero fueron tres mensajes, y en los tres son ataques al Libre y prácticamente pide, casi ordena, que se vote por Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional. Para que se creyera que la amenaza era cierta y que sí estaba dispuesto a actuar, algo insólito: Donald Trump indultó al expresidente de Honduras, que era y es el dirigente principal del Partido Nacional, condenado en Estados Unidos a cincuenta años por narcotráfico (cuarenta y cinco en la cárcel y cinco bajo libertad condicional). Un indulto a un narcotraficante reconocido, sin argumento alguno; simplemente quería era mandar el mensaje: “sí estoy dispuesto a tomar acciones en contra de Libre”.

Eso influyó, pero luego hubieron casi cuatro millones de mensajes a los celulares de las personas que reciben remesas: “no voten por Rixi Moncada, si quieren tener remesas en diciembre”. Además, se activó toda la estructura de las maras en el país y, con dinero en mano o pistola en mano, hicieron que la gente fuera a votar, quitaron carpas de Libre en muchos lugares y el transporte que estaba usando para llevar la gente a los centros electorales.

En el caso de San Pedro Sula, dieron instrucciones de votar por el alcalde que llevaba el partido Liberal y por el candidato presidencial del Partido Nacional, y una lista de los veinte diputados por los que había que votar que incluía a todos los partidos, incluso hasta tres de Libre. Entonces la instrucción de la mara fue directa. No vino Donald Trump, pero este liberó a Juan Orlando quien ha dirigido el crimen organizado en el país y el crimen organizado se activó el día de las elecciones . Entonces no solo es que Libre bajó el voto, sino que hubo fuerzas poderosas que hicieron que la gente este se inclinara a votar por Nasry Asfura. El mismo Trump dice en su mensaje que no estaba considerado como posible ganador y que él lo hizo ganar, lo dijo en un mensaje posterior.

Creo que sí hay un hay un sector de Libre que quizás no haya respaldado por sentimiento e inconformidad, pero en general la gente de Libre se mantuvo con el partido. Lo demuestran los votos en las Alcaldías y lo demás que hemos explicado: que gente se abstuvo de votar no porque tuviera rechazo hacia Libre sino porque había quien la estaba obligando a hacerlo

La acusación de irregularidades respecto al voto afecta a los tres partidos principales, incluido el Libre. ¿Por qué ahora deberían repetirse las elecciones o cuál es el camino a la solución de esta crisis electoral?

El Partido Libre se perfilaba como ganador y había un plan para no reconocer los resultados, generar crisis y caos y pedir que se repitieran las elecciones. Eso lo iba a hacer el Partido Nacional, hay pruebas, audios que tiene la Fiscalía de esa conspiración. En el camino se da  la intervención de Donald Trump, el boicot a la transmisión de resultados preliminares y al uso del control biométrico, que es el aparato donde el votante tiene que poner la huella y evita lo que lo que aquí se llama inflar las actas. Los representantes de los otros partidos se ponen de acuerdo la noche anterior de las elecciones y las consejeras decidieron que no se iba a tomar como requisito para validar el voto, el resultado, solamente por eso, porque es obligatorio según la ley usar ese biométrico, es suficiente para decir de que las elecciones fueron fraudulentas.

Ahora mismo se está en una escrutinio especial, junto a otros factores como la intromisión e injerencia extranjera, la falta de transparencia y tantas irregularidades. Para que haya una declaratoria del Consejo Nacional Electoral tienen que estar los tres consejeros. Aunque según la ley estos consejeros son ciudadanos independientes, la realidad es que hay un representante de cada partido Nacional, Liberal y Libre.

Libre ha estado denunciando las irregularidades y hasta hace un tiempo la consejera liberal ha estado junto con la representante del partido Nacional, ahora si para el treinta de diciembre el representante del Libre Marlon Ochoa no acompaña la declaratoria de elecciones no hay declaratoria. La ley establece que la declaratoria debe ir al Congreso Nacional pero desde el mismo ya se anunció que no se va a hacer una declaratoria si no se incluyen todas las  irregularidades que ha habido. Si el Congreso no hace la declaratoria de elección, la ley establece que no asume un nuevo presidente el veintisiete de enero; el veintiséis tendría que convocarse a un Consejo de Ministros en el que deja su cargo la presidenta de la República y asume el Consejo de Ministros la conducción del país, con la coordinación del Secretario de Gobernación y Justicia, y el Consejo de Ministros está obligado, en un máximo de quince días, a convocar a nuevas elecciones. Esa es la ruta legal. No sabemos políticamente qué va a pasar porque algunos insisten en que dos de las consejeras pueden hacer la declaratoria. Y ahí está el debate.

Usted es periodista y procede del activismo en los movimientos sociales, habiendo participando, entre otros, en las caravanas de migrantes hacia EEUU. ¿Cuál ha sido la relación del gobierno del Libre con estos movimientos?

Creo que algunas reivindicaciones de los sectores populares no fueron atendidas. En el tema de migración propuse que se creara la Comisión de Migración en el Congreso. La crearon y me nombraron presidente, y coordinamos con varias instituciones, aunque hubiera querido que avanzáramos mas en la cuestión de la búsqueda de los migrantes desaparecidos y en la atención retornados con discapacidad. Durante este gobierno pasaron alrededor de un millón de migrantes de diferentes nacionalidades por nuestro país y el trato hacia estos migrantes fue muy diferente al que se les da en Guatemala, El Salvador, México y otros países. Aquí no se capturó a nadie, no se persiguió a nadie, al contrario se construyó un albergue con capacidad hasta para cuatrocientas personas, se perdonó el pago de las multas que, según la ley, hay que cobrarle al migrante irregular, y se organizó el transporte para que no los extorsionaran y pudieran viajar directamente hasta la frontera. Ese trato a los migrantes fue único en Centroamérica y otros países.

Luego, al migrante retornado hondureño se le recibe y se le dan recursos para que llegue hasta su lugar de origen, alimento para unos dos meses y, para quien quiera empezar alguna actividad económica, una pequeña ayuda de mil dólares no reembolsable.

En cuestiones medioambientales se aprobó el Decreto 18-2024, que recupera la zona núcleo del Parque Nacional Montaña de Botaderos, y también adoptaron medidas para la protección de la cordillera del Merendón.

En el sector agrario, en los intentos de recuperación de tierra frente a la empresa privada no se avanzó. Se atendieron las demandas de uno de los sectores más beligerantes, el magisterial, al que durante los doce años anteriores les negaron los aumentos salariales y que en este gobierno se implementaron sin necesidad de que hubiera una sola movilización. Siento que hubo un retroceso en el campo laboral; en la zona de de de Cortés, la Secretaría de Trabajo quedó en manos de de personas que no tenían compromiso con esta lucha por los derechos laborales. En el sector agrario, los intentos de recuperación de tierra no son fáciles porque ahí es pelearse directamente con la empresa privada, poderosa, abusiva, agresiva, criminal; creo que ahí no se avanzó.

Hay organizaciones que no son movimientos sociales -que me disculpen-, son ONG que tienen reivindicaciones sociales. Las respeto, las admiro, son luchas justas, pero son una ONG y están más preocupadas por cumplir el proyecto que les está financiando que por hacer un trabajo de organización del pueblo. Es negativo que traten de encauzar el accionar al cumplimiento de sus metas de proyecto y no a las necesidades que se tiene como pueblo hondureño. Creo que pueden contribuir mucho si se vuelve a reunir a quienes no tienen proyecto, a quienes no reciben líneas

Hay demasiada desintegración y falta liderazgo, agravada por la pérdida de Berta Cáceres y Carlos H. Reyes; el padre Ismael Moreno tampoco anda muy bien de salud.

Pero existe una regresión actual, por ejemplo, en el tema del Parque Nacional Carlos Escalera. A pesar del decreto que se dictó para que no hubiera actividad minera, Pinares Ecotek sigue la explotación minera, el año pasado asesinaron al líder ambientalista Juan López; se han suspendido las últimas diligencias de este caso y otras relacionadas con policías involucrados en el caso de Berta Cáceres, así como el desalojo del grupo criminal Los Cachos en el Bajo Aguán, como si se estuviera ganando tiempo ante un posible cambio de gobierno.

Hay que saber que la fiscalía general de la República cuando asumió este gobierno estaba en manos del fiscal que puso Juan Orlando Hernández. El actual fiscal apenas un año  y algunos meses desde que asumió; las estructuras de la institución están casi iguales y están plagadas de fiscales con compromisos  con el crimen organizado y la impunidad. En el sistema judicial se sabe que el partido Nacional y el partido Liberal tiene la influencia mayoritaria. Nosotros esperábamos que se exigiera responsabilidad a la Policía por los abusos del golpe de Estado y eso  no pasó porque la Presidencia no puede dar órdenes a los juzgados ni a la Fiscalía, pues son organismos independientes. Entonces no es que Libre haya tenido el poder ni siquiera de la institucionalidad estatal, sino que es una fracción más de ese poder. Si a esto le sumamos que alguno de los ministros nombrados eran parte de los acuerdos  de la alianza con Salvador Nasralla, entonces ni siquiera los ministros del ejecutivo estaban totalmente controlados. En la cuestión del respeto a los derechos humanos, prácticamente no hubo represión policial hacia manifestaciones

Ha quedado clara la injerencia norteamericana tanto en las elecciones de Argentina y Chile como en las de Honduras, condicionando el juego electoral. En este contexto, ¿cómo ve ese panorama continental y la renovada amenaza de invasión contra Venezuela por parte de Estados Unidos y el papel que puede asumir Honduras en este escenario, teniendo en cuenta la cantidad de bases norteamericanas en su territorio y el papel histórico que desempeñó a favor de Estados Unidos en la guerra de El Salvador y Nicaragua?

La injerencia política sabemos que ha sido siempre permanente. En las elecciones del 2017, la representante de Estados Unidos en Honduras fue directamente donde estaban contando los votos. El sistema se cayó más de seiscientas veces y hubo tantas irregularidades que el fraude fue descarado, aun así proclamó a Juan Orlando como ganador. Ella hizo la declaratoria de las elecciones, cuando estaba participando ilegalmente. Ahora, es el propio presidente de los Estados Unidos quien hace ese anuncio y, de paso, se jacta de un candidato que no tenía opción. Él lo hizo en Chile y ahora está atacando a Libre, y dijo esos buques que están en el Caribe podrían desviarse para Honduras, o sea como una manera también de decir Estados Unidos va a imponer su decisión en Honduras. Trump afirmó que Honduras va a pasar un infierno sino sale el presidente de su elección, una amenaza directa al país.

La justificación de la agresión a Venezuela por narcotráfico no se sostiene cuando al capo hondureño Juan Orlando Hernández, ya investigado y y condenado, Trump lo indulta y lo deja libre. No es algo que estemos inventando: lo dice la Fiscalía, lo juzgaron por traficar más de 450.000 kg de cocaína con destino a EEUU, eso es para envenenar millones y millones ¿Cómo puede decir de que andan con toda la armada buscando a un sospechoso por narcotráfico y, al mismo tiempo, liberar a alguien cuya culpabilidad esta probada. Trump está cumpliendo una política definida en documentos donde dicen que no van a ser los policías del mundo, no vamos a estar el Atlas cargando el planeta sobre nuestras espaldas, sino que se van a concentrar en su patio.

La doctrina Monroe se está renovando y Donald Trump quiere imponer en cada uno de los países gobiernos que les sean servirles, obedientes, que sigan su línea. No solo ataca a Venezuela, también a Colombia y México.  Y ahora, con las elecciones que se vienen en Colombia va a querer poner presidente. Solo son palabras, sí, pero del que dirige el país más poderoso militarmente en el mundo. No es cualquier presidente. Esto ya lo vivimos en 1989 cuando hubo elecciones en Nicaragua, después de ocho años de guerra y setenta mil muertos de ambos bandos y los muchachitos nicaragüenses tenían que ir al frente de batalla y se los regresaban a los familiares en un ataúd en una guerra hecha desde Honduras, precisamente, y financiada en su última etapa con dinero del narcotráfico organizado por la CIA ¿Cómo cómo son las cosas? Ellos han usado el narcotráfico para financiar agresiones a otros países. ¿Y qué pasó? Dijeron los gringos: “si gana el Frente Sandinista en Nicaragua vamos a invadir Nicaragua”. Es lo que está haciendo Donald Trump, actuando como un terrorista internacional por amenazar a los pueblos y hacerles bloqueo para sentarlos, asfixiarlos económicamente y, de paso, si no se rinden, amenaza con invadirlos por tierra, mar y aire. ¿Cómo pueden evitar todo ese sufrimiento? Permitiendo que ponga su presidente. Esa es la política de Estados Unidos

A pesar de la presencia de la observación electoral de la Organización de Estados Americanos y de los observadores de la Unión Europea, sabemos que en otras ocasiones que hubo fraude no lo denunciaron y ahora califican de meras inconsistencias acusaciones de fraude.  ¿Qué esperan ustedes de la sociedad internacional?

Estas misiones pareciera que traen el informe redactado. El propio día de las elecciones en San Pedro Sula salieron alrededor de dos mil personas reclamando pagos insatisfechos por votos, que en dólares serían como cuatro millones. Si la misión de la Unión Europea y OEA ignoran ese hecho relevante y no incluyen en su informe esas denuncias y concluyen que hubo elecciones limpias, cuando no es cierto,  respaldar eso y decir que hubo normalidad en estas elecciones es mentir.