Texto Matías Aberg Cobo | Fotos Bernardo Suárez | Fuente: CiudadCCS

A sus 83 años este incansable dirigente histórico de la política venezolana tuvo energía de sobra para enfrentar la entrevista en cayapa de nuestro conversatorio Cita con la Actualidad. El economista, exguerrillero, docente universitario, escritor, exdiplomático, recientemente destacado diputado a la Asamblea Nacional Constituyente, se nos presentó como una leyenda viva. Tuvimos el privilegio de escucharlo y formularle preguntas las y los periodistas Mercedes Chacín, Teresa Ovalles, Roberto Malaver, Jesús Arteaga, Gustavo Mérida y Bernardo Suárez.

Escalona se quitó el tapabocas para saborear un guarapo con la paciencia de los abuelos sabios. Se trató de ese instante infinito, que uno sabe, antecede el arte de la conversación magistral. Durante casi dos horas el profesor se prestó para recorrer diversos temas de actualidad y otros tan particulares como la espiritualidad del pueblo venezolano, la moral y los principios que han regido su vida. En especial, quiso hablarnos sobre su más reciente obsesión: la lucha contra el cambio climático y la importancia de establecer una nueva manera de relacionarnos con el ambiente. Sobre este asunto crucial, nos adelantó que trabaja en su octavo libro Hacia una Ecología de la Producción.

—Muchos de sus escritos, columnas y disertaciones hacen énfasis en las fuerzas espirituales que arropan al pueblo venezolano, ¿pudiera profundizar en este asunto?
—Nosotros creemos que andamos solos y eso no es así. El pueblo venezolano no es simplemente un grupo de gente que se reúne y ya.

Trabajamos, pensamos, celebramos, hacemos una cantidad de cosas envueltos en una fuerza espiritual que cada uno de nosotros trae por su familia, sus ancestros inmediatos, pero también legada desde el proceso de Independencia y más atrás en el tiempo también. Eso que a veces llamamos el espíritu de Simón Bolívar, está presente. Esa fuerza que tuvo el Libertador para empujar la emancipación, el pueblo venezolano la tiene.

Tú estás en una asamblea en cualquier barrio de Venezuela, o en el campo, en una comuna, y allí hay un algo más que una gente sentada.

Esa es una fuerza que no es material. Por eso es que al capital no le gusta que la gente se organice por sí misma. La organización con autonomía para el capital es un peligro.

Cómo despertar esta fuerza de la que hablo, cómo hacer que se proyecte, es el secreto que tienen los líderes como Hugo Chávez y Bolívar, incluso gente más modesta, líderes sociales, barriales, que logran que la gente se mueva. Entonces la clave está en reconocer la fuerza espiritual y ponerla a andar. El desafío para nuestra Revolución Bolivariana pasa por consolidarse, por supuesto como una fuerza cultural, pero también como una fuerza espiritual indetenible.

Escalona advierte que el cambio climático llevará a la desaparición de varios países insulares por el crecimiento del nivel del mar.

—Recientemente usted se ha involucrado en el tema ambiental, ¿el cambio climático es una realidad?
—Efectivamente. No es un cuento del imperialismo pese a que ha habido manipulaciones en torno a esto. Detrás del cambio climático se ha tratado de esconder la lucha de clases como si fuera un problema del clima y ya. Pero es una verdad innegable que incluso va a traer con el tiempo la desaparición de algunos países insulares por el crecimiento del nivel del mar. Fíjense que ya existe la categoría de refugiados climáticos. Aquí mismo en la ciudad de Caracas es un tema que podemos percibir los que vivimos los años de la década del cincuenta. Vean fotos de las marchas de esa época y notarán que la mayoría de la gente viste paltó porque hacía frío. El cerro que está detrás del Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela (UCV) se cubría de neblina y en horas de la mañana esta bajaba a toda la ciudad universitaria, algo que ahora no sucede.

Desde que la humanidad existe está en relación con la naturaleza. Para poder frenar el cambio climático es necesario producir un verdadero cambio cultural de alcance civilizatorio. No hay diferencia cuando el ambiente lo daña la multinacional Chevron o nuestra Pdvsa. Hay que denunciarlo con la misma fuerza. Uno no se puede quedar callado porque se hace cómplice. Contaminar el ambiente no es un asunto de derecha o de izquierda, es contaminación y te coloca en el lugar de ser un enemigo de la naturaleza, la ecología, la vida, porque estás destruyendo posibilidades futuras y eso te convierte en un criminal. Es clave tener la conciencia de que todos y todas pertenecemos a la naturaleza y que cualquier daño que le inflijamos es contra nosotros mismos y en perjuicio de nuestros descendientes.

—En este sentido, ¿qué situación tenemos en el Arco Minero del Orinoco?
—Qué es lo que ocurre realmente ahí es una suerte de secreto y eso en sí mismo es un problema. Hay que ir hasta allá y hablar con la gente para enterarse de primera mano. Siendo que se trata de un hecho crítico entonces hay versiones y éstas siempre cambian según quién las da. La lucha por el medioambiente, valga la expresión, está muy contaminada.

“Pertenezco a la generación de los años sesenta y me tuve que ir adaptando a los cambios del mundo”, expresó.

—¿Cuáles son los principios que han regido su vida?
—Los que he ido adquiriendo socialmente, en evolución constante, caminando con eso. Hace un tiempo todavía no me identificaba con esto del lenguaje inclusivo y es algo que hoy reivindico porque pienso que hace a la humanidad más humana. Pertenezco a la generación de los años sesenta y he pasado por muchos procesos, me tuve que ir adaptando en la medida que el mundo fue cambiando. Hay sí una línea que nos sostiene a todos y todas a lo largo de la vida, en mi caso yo siempre he tratado de mantener la honestidad como bandera. Para mí siempre ha sido un valor importante. La honestidad con uno mismo, con la familia. No mentir, salvo cuando sea imprescindible, como me pasaba durante mis años en la clandestinidad.

—¿Cómo se acercó al tema del lenguaje inclusivo?
—En la figura de la mujer se condensa buena parte de los orígenes de la humanidad y su entendimiento de la naturaleza. Las féminas son las que descubren la agricultura, pues los hombres estaban en actividades de caza. El primer ser humano que vio crecer una raíz tiene que haber sido mujer. La naturaleza, la vida, la tierra, la creación, en nuestro idioma, todas esas palabras son antecedidas por el artículo femenino que tiene una gran importancia. El lenguaje inclusivo viene a saldar una injusticia bien profunda. Todos y todas éramos bajo el artículo “los”, omitiendo e invisibilizando a más de la mitad de la humanidad en un hecho cultural y político deliberado. Esto configuraba una forma de opresión, una cultura de segregación que se instaló durante siglos. En este sentido se está dando un paso sumamente importante en esta reivindicación. Asimismo, desde que se ha reconocido esta forma de lenguaje ha habido más equilibrio y respeto intergénero, lo que me parece maravilloso.

—¿Qué piensa sobre la desaparición de Carlos Lanz?
—Yo creo que está vivo. Lo digo como un deseo personal, no tengo cómo corroborarlo ni relación con nadie que me pueda dar esa información, pero está vivo. Por pura deducción lógica creo que si lo hubieran matado, siendo la figura que Lanz representa, ya lo hubieran mostrado muerto. Pues su muerte representaría un golpe moral para mucha gente. La derecha busca cobrarle muchas cosas a figuras como él. Lo que estoy seguro es que el caso no se trata de una desaparición voluntaria, ¿por qué Carlos se ocultaría? Si está secuestrado por un grupo este lo tiene que estar moviendo de un lado a otro, pues los cuerpos de seguridad del Estado están investigando y buscando.

Al abordar el cambio climático se ha tratado de esconder la lucha de clases como si fuera simplemente un problema del clima.

—Como defensor e impulsor del modelo comunal, ¿qué significado le atribuye a la victoria en las primarias del comunero Ángel Prado en el municipio larense Simón Planas?
—Estratégico. Conozco la comuna El Maizal, he estado en sus asambleas, me consta que esa gente trabaja en serio y que lo que dice, lo hace. Su elección como candidato me parece un gran hecho. Las familias comuneras que hacen vida allí son muy unidas y consecuentes, son un gran valor. Todo lo deciden en asamblea y se han tomado el desarrollo comunal como algo muy serio.

—Está instalado un debate en torno a la posibilidad de indexar el salario y la economía en general, ¿cómo valora esa iniciativa?
—La indexación salarial implica igualar el salario a una referencia que bien podría ser el petro. No es tan fácil pero el Gobierno podría empeñarse, poner a todos sus economistas a estudiar las distintas propuestas. Pasqualina Curcio, una de las principales promotoras de esta medida, es ahorita la mejor economista que hay en el país. Ella investiga, publica, y tú puedes verificar las cosas que dice con cifras y datos.

—En la antesala de un nuevo proceso electoral, ¿cuál es el balance que hace de la marcha del proceso revolucionario?
—El proceso bolivariano es un milagro en sí mismo. Una Revolución que se enfrenta nada más y nada menos que al imperialismo norteamericano, a las clases dominantes locales que son proimperialistas y traidoras, y que ha gobernado con democracia, elecciones, diversidad, respetando la representación de esa derecha que tiene sus propios medios de comunicación y que dice lo que quiere. La actual democracia venezolana es, sin duda, mejor que la que hay en Colombia, por ejemplo, y está entre las más democráticas de toda la región latinoamericana y del mundo. Anda a ver lo que sucede en Estados Unidos si tú dices del presidente las cosas que acá hablan de nuestro mandatario. Vas preso. Lo mismo en varios países de Europa. Pero esas son cosas que a veces la gente no ve.
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*Biografía Mínima

Julio Rafael Escalona Ojeda nació en el legendario Campo de Carabobo el 9 de enero de 1938. Como adolescente participó de la resistencia estudiantil contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Dirigente universitario, economista graduado en la Universidad Central de Venezuela (UCV), docente de esa alta casa de estudios. Militó en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y en la Organización de Revolucionarios (OR). Integrante del Frente Guerrillero Antonio José de Sucre, se volcó a la lucha armada en los años 70. Miembro fundador y secretario general de la Liga Socialista. Exministro de Ambiente y de Agricultura y Tierras. Embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (2008-2014). Exdiputado a la Asamblea Nacional Constituyente.