ARGENTINA | CUANDO TODO NO ES IGUAL. SOBRE EL ESCÁNDALO DE LAS VACUNAS

Por Guillermo Cieza

«Aspirar a una sociedad más justa, apostar a un proyecto revolucionario exige no conformarse con los que «al menos algo hacen», pero también exige no sumarse nunca a los coros de la derecha».

Alguna vez haciendo zapping me he encontrado en la cadena estadounidense CNN con un mensaje, que repiten periódicamente, donde aseguran que la corrupción es responsable de los grandes padecimientos de los pueblos de América Latina. Como es de suponer, en las imágenes que acompañan el mensaje aparecen dirigentes y banderas venezolanas. Leyendo las noticias sobre el escándalo de las vacunas y algunos comentarios posteriores, por alguna razón que sólo podrán explicar los mecanismos de asociación que habitan mi cabeza, volvieron a repetirse esas imágenes. ¿Será que al final la CNN tenía razón?

A veces la mejor forma de analizar un problema es sacarlo de la zona caliente, donde juega fuerte la subjetividad, y ponerlo en otro lado con características similares.

A modo de ejemplo, supongamos una ciudad o región del país con un terrible déficit de viviendas. Muchas familias viven en ranchos miserables, sin las condiciones mínimas para ser habitables. Quienes gobiernan no construyen durante años una sola vivienda y utilizan los presupuestos aprobados para tal fin para hacer negocios personales. Después viene otro gobierno que construye cien mil viviendas que entrega a las familias sin techo. Pero ocurre, que se descubre una red de corrupción. El funcionario gestor y responsable del plan de viviendas entregó veinte viviendas a familias que tenían necesidad, pero que no pasaron por los registros oficiales y por lo tanto no participaron en el sorteo. O algo peor, eran familias de otros funcionarios que no tenían tanta necesidad.

Por supuesto que este último hecho es condenable. Es evidente que quien tomó esa decisión no tiene la moral revolucionaria del Che Guevara, y tampoco la de muchos trabajadores de a pie, que cotidianamente y en circunstancias parecidas no hacen esas cosas. Pero poner en el mismo plano los actos de corrupción que han cometido funcionarios, con políticas que son esencialmente corruptas y antipopulares, me parece un error.

Aparece mezclado, pero no es el mismo tema, la actitud del periodista Horacio Verbitsky, quien repite una conducta que quienes tenemos un poco de memoria recordamos. Fue parte del Movimiento Todos por la Patria, e incluso era su candidato electoral en Capital Federal a mediados de los 80. Cuando se produjo el asalto al Regimiento de la Tablada, Verbitsky, que ya no estaba involucrado porque se había retirado de la organización, quiso despegarse. Pero hay formas y formas de despegar. Y Verbitsky no eligió las más dignas. Un amigo me alcanza un reportaje del enorme Osvaldo Bayer, donde le recrimina haber acusado a su ex-compañero Antonio Puigjané de «cura lúmpen». Treinta años después hace lo mismo. Primero salvarse, y los demás que se arreglen.

Aspirar a una sociedad más justa, apostar a un proyecto revolucionario exige no conformarse con los que «al menos algo hacen», pero también exige no sumarse nunca a los coros de la derecha.

Aclaración por las dudas. Quien escribe estas lineas no figuraba en ninguna lista de amigos del ex Ministro de Salud. Ni siquiera votó al Frente de Todos. Es voluntario de la prueba de la Fase 3 de la vacuna chino-canadiense Cansino Biotech.