ENTRE NIEVES Y OLIVOS. COMENZANDO 2021

Inauguramos el año, de nuevo, con más preguntas que aceitunas. Buscando respuestas y certezas a tanta duda, tanto relativismo, tanto frío y “tanta sed de sed”

Comenzamos 2021 de la mejor manera, cosechando la oliva castellana, de cepa albaceteña, gestada en un año complejo como pocos. La tierra parece ajena a desastres y plusvalías, pero vaya si sufre sus consecuencias. Por eso escupe su furia anticapitalista en forma de desajustes que hoy se llaman Covid, ayer tsunami indonesio y mañana quién sabe cómo.

Por eso, qué mejor antídoto que regresar a la cepa ancestral, testigo de yugos y cadenas, aliento de pueblo. Ordeñar la aceituna acariciando la rama como hacía el abuelo Eliodoro; varear golpeando con cariño; discutir lo divino y mundano bajo el olivo centenario; desplegar los mantones sobre la joven nevada; reír, cantar y contar con un cielo internacionalista, universal; pisar el terruño manchego; sufrir la contradicción de la conducta entre un sol tibio, intermitente; caminar con tres dedos de barro bajo las suelas; cargar los sacos; cagarse en `tó´; aprender la palabra de la tierra; sera, porrilla, zurriagazo, zascandil, apechusques; sentir el viento serrano que anuncia nuevos temporales y soñar; soñar con un año donde Humanidad y sentido común se reencuentren y caminen juntos desfaciendo entuertos y abriendo surcos en la tierra de la historia.

Retirados mantones y oliva, despejada la tierra y el árbol, llegó un nuevo temporal que responde al nombre de Filomena, como la bisabuela. Hoy la nieve cubre los campos de Castilla que ayer pisamos. Varios dedos y luego varios palmos y cuarto creciente de blanca nieve que nos recuerda a las nevadas de hace tres décadas, en aquel planeta llamado infancia. Y nos preguntamos si esta manifestación tendrá algo que ver con el hecho de que el desastre que amontona el Coronavirus haya ralentizado el ritmo feroz del modo de producción capitalista. Cada quien que saque sus conclusiones.

Nosotros inauguramos el año, de nuevo, con más preguntas que aceitunas. Buscando respuestas y certezas a tanta duda, tanto relativismo, tanto frío y «tanta sed de sed», seguiremos, también este año, dando la vara y vareando el árbol de la inteligencia colectiva esperando cosechar conocimiento al servicio de los pueblos. Por eso, seguimos sembrando Vocesenlucha, seguimos tejiendo Comunicación Popular.

Gracias por seguirnos y gracias por colaborar con este espacio artesano de la palabra y la imagen.