Semilla de la entrevista a Luis Gonzalo Segura, exteniente del ejército de tierra quien fue expulsado de las Fuerzas Armadas españolas en 2015 por denunciar su corrupción.

En este extracto de la entrevista realizada en Madrid el 29 de noviembre de 2020, nos habla sobre la pervivencia de estructuras franquistas y ultraderechistas en el seno del ejército español, con el ejemplo de la reciente carta de 73 oficiales al rey Felipe VI preocupados por la «unidad nacional», del PSOE, de la ministra de Defensa Margarita Robles y de la reciente expulsión del cabo Marco Antonio Santos Soto «como represaria por firmar un manifiesto antifranquista».

Luis Gonzalo Segura hoy es escritor y autor de varios libros: Un paso al frente (2014), El libro negro del ejército español (2017), En la guarida de la bestia: La situación de la mujer en el Ejército español (2019) y El ejército de Vox (2020).

Próximamente compartiremos la entrevista completa, donde conversamos de la esencia franquista del ejército español, sus orígenes, su necesaria democratización, del 23-F, monarquía, OTAN, imperialismo, América Latina… y del porqué, a día de hoy, son necesarios los ejércitos. Sobre esto último, rescatamos unas palabras:

“Uno de los grandes problemas que ha tenido la izquierda es que no ha sido capaz de reformar las estructuras militares para convertirlas en estructuras militares democráticas y al servicio de los ciudadanos. Por ejemplo, en la misma Bolivia, nos hemos encontrado a unos militares sugiriendo al presidente de gobierno que abandonara el país, es decir, dando un golpe de Estado, lo que nos hemos encontrado ha sido un presidente que ha intentado contentar con una serie de prebendas y mejoras salariales, etc, a una cúpula militar. Las cúpulas militares ultraderechistas no pueden ser contentadas con una serie de prebendas, lo que deben ser es regeneradas. ¿Pero por qué se comete ese error que es tan habitual dentro de la izquierda, no solo en Latinoamérica, también en España y otros lugares? Porque de alguna forma tenemos una mentalidad pacifista de que no debe morir gente. Y efectivamente no debe morir gente, yo estoy completamente de acuerdo, y la guerra no debe ser un elemento de relación geopolítica, hasta ahí estamos de acuerdo, pero en ocasiones la fuerza militar es necesario usarla. Y esto es algo que la izquierda aún no ha asumido. Y hasta que no asumamos ese punto, no vamos a poder ver a las fuerzas armadas como un componente de la sociedad, sino que lo vemos como un elemento hostil con el que de alguna forma tenemos que convivir. No, con las fuerzas armadas no tenemos que convivir, a las fuerzas armadas hay que cambiarlas, hay que convertirlas en democráticas, y solo así podrán defender al pueblo, es decir, necesitamos ejércitos populares. Esto me parece clave, porque de hecho, si Venezuela sobrevive o si Cuba sobrevive es porque su ejército es popular. Si su ejército estuviera en manos de cuatro ultraderechistas como lo están la mayoría de los ejércitos latinoamericanos, serían gobiernos que ya habrían caido, esto me parece esencial y me sorprende que no se entienda”.