23 de noviembre de 2025 | Fuente: Revista Libertador Ocho Estrellas

RL: ¿La escalada en la agresión de Estados Unidos a Venezuela tiene que ver con el carácter de enemigo estratégico que se le asignó en esa superpotencia a Simón Bolívar, casi dos siglos después de muerto?

NK: La agresión y hostilidad delirantes y sin máscaras que el imperialismo estadounidense está desplegando contra Venezuela Bolivariana, su pueblo y su gobierno democráticamente elegido seguramente responde a muchos motivos. En primer lugar, la crisis del dominio geopolítico unipolar, donde mal que le pese al complejo militar-industrial estadounidense, ya no puede dirigir el mundo según sus caprichos. Ninguna clase social se suicida y ningún imperio acepta la extremaunción. Harán todo lo posible por sobrevivir. En segundo lugar, dicha agresión apunta contra el ejemplo de rebeldía, soberanía y autoestima popular que los gobiernos bolivarianos de Venezuela (desde Chávez a Maduro) han mostrado para todo el Sur Global. Estos cultores maniáticos de la pólvora, que creen estar protagonizando la película número 8.564 de cowboys, necesitan aplastar y de la peor manera ese ejemplo del “mal alumno” que no obedece, no agacha la cabeza ni se arrodilla. Y en tercer lugar, las riquezas naturales. Venezuela es un país muy rico y el Imperio parece un gigante hambriento dispuesto a devorar lo que se le antoje. ¡A cualquier precio! El problema que se le presenta a Estados Unidos es que no todo tiene precio en la vida. No todo se compra ni todo se vende. Ahí se desesperan. En ese contexto, se obsesionaron contra Simón Bolívar… una figura del pasado que tiene un mensaje peligrosísimo para el presente y el futuro. Pueden asesinar, como lo hacen a diario, a cualquier personalidad política opositora o disidente del presente. ¿Cómo asesinar una figura que nos convoca a todos y todas desde sus luchas del pasado? Una tarea imposible. Están peleando contra un fantasma. Como lo fue José Martí en el caso de la Revolución Cubana, como lo fue el Che Guevara en el resto del continente. El imperialismo y sus aliados, serviles y lacayos, pueden matar y ensañarse con ciertos cuerpos de personas individuales que ellos odian. Imposible asesinar un ejemplo. Al elegir a Bolívar como “enemigo estratégico”… perdieron de antemano.

¿Por qué cree usted que EEUU otorga ese rango a Bolívar y no a otras figuras de la historia mundial?

Principalmente por su carácter inspirador. Bolívar tuvo una vida tan polifacética y variada, que constituyó la antítesis del “hombre unidimensional” que criticaba el pensador Herbert Marcuse. Y en su rebeldía de alcance continental, inspiró el movimiento bolivariano encabezado en Venezuela durante los tristes años ’90 por Hugo Chávez. También motivó diversas rebeldías en el país vecino, Colombia. Y por la simbiosis y actualización de las rebeldías pasadas y las presentes, ese ejemplo se extendió rápidamente por toda Nuestra América y el Sur Global. La herejía del chavismo contagió de esperanza a muchos pueblos del mundo. Hasta amigos míos de Galicia se esforzaron por demostrar… ¡los orígenes gallegos de Bolívar! Las rebeliones africanas contra el colonialismo europeo occidental comenzaron a ver en Venezuela Bolivariana un ejemplo. ¡Lo mismo sucedió incluso en la lejana Asia! Bolívar, reasumido como guía y faro en la actualidad, no es el único, pero sí uno de las grandes figuras de la rebelión mundial contra el capitalismo y el imperialismo euro-occidentalista. Los “intelectuales” mandarines, vulgares escribas del Pentágono, lo saben…

¿Simón Bolívar fue, parafraseando a Francisco Pividal, un precursor del anticolonialismo?

Sin ninguna duda. Un precursor teórico y práctico. Porque no sólo reflexionó y escribió. Encabezó una guerra de liberación continental contra los colonialismos que retomaba las rebeliones de los pueblos afrodescendientes y los pueblos originarios esclavizados, ambos combatientes contra el colonialismo. Bolívar retoma esa tradición anterior a él y le otorga proyección internacional al imaginar un proyecto-programa que no se limita a su terruño, sino al cual invita y convoca a todos los pueblos de Nuestra América. Y lo piensa a escala mundial (cuando no existía internet, ni radio, ni TV ni redes digitales). Por eso su abrumadora vigencia actual.

El año próximo [2026] será el bicentenario del Congreso Anfictiónico de Panamá. ¿Debería ser la conmemoración luctuosa de un sueño que murió hace dos siglos o la celebración de un horizonte que sigue teniendo vigencia?

El proyecto del Congreso Anfictiónico, propuesto por Bolívar, quien a su vez se inspiró en Miranda, Monteagudo y tanta otra gente valiosa y revolucionaria que imaginó un continente unido, en el siglo XXI adquiere un sentido imposible de desconocer. ¿No se unieron los europeos, hace pocas décadas, en una comunidad económica, política y militar? ¿Los mismos Estados Unidos, no se conformaron como gran potencia dejando de lado todo provincianismo parroquial? Diversas alianzas, uniones, federaciones y confederaciones de distintos países son moneda corriente en el siglo XXI. Pues bien, Bolívar nos enseñó eso mismo… ¡hace dos siglos! ¿Por qué los poderosos del planeta tienen derecho a unirse y a nosotros y nosotras pretenden vendernos la carne podrida del posmodernismo que postula el supuesto “fin de los estados-naciones” y el elogio envenenado del fragmento? Ante tu pregunta recuerdo a varios profesores prestigiosos (que estudiaron en Academias gringas, dicho sea de paso…) quienes pretendían convencernos que “América Latina o Nuestra América no existe, es pura invención”. Mercaderes del conocimiento. Falsos profetas que predican la impotencia, la desunión y la fragmentación. Quizás con el mismo nombre o con otro, el proyecto del Congreso Anfictiónico tiene una apabullante actualidad. Si se concretara en 2026, deberíamos neutralizar a los herederos de Santander o Rivadavia, que invitaron a Inglaterra y Estados Unidos…

Usted ha sostenido que los procesos de Independencia en Nuestra América fueron revoluciones del pueblo en armas. En vista de los más recientes acontecimientos, ¿considera que será necesario defender esa independencia política y conquistar las otras independencias, de nuevo, por la vía armada?

La doctrina del pueblo en armas no es invento del Che Guevara, Fidel Castro, Hugo Chavez, Nicolas Maduro, ni siquiera de Lenin, el general Giap, Ho Chi Minh o Mao Tsetung. El pueblo de los reinos de España la implementó contra las tropas napoleónicas antes de que a Bolívar se le ocurriera la idea. El general San Martín combatió en esas batallas contra las tropas napoleónicas… allí aprendió, del propio pueblo rebelde, la combinación de la guerra regular y la irregular, incluyendo la guerra de guerrillas. ¡Hace más de dos siglos! Simón Bolívar adopta esa doctrina a partir de su vínculo con el pueblo insumiso de Haití, que mucho lo apoyó en su lucha anticolonialista. Hubiera sido imposible que el Ejército Rojo derrotara la maquinaria de guerra y de muerte de los nazis alemanes sin apelar a estas enseñanzas. Hoy en día países y sociedades sometidas por el imperialismo se defienden de esa manera. El general Giap, en una obra célebre, preguntaba: “Ellos tienen la bomba atómica. Nosotros tenemos un proyecto político, ético y de liberación nacional y social. ¿Quién ganará la guerra?”. La respuesta a esa interrogación la proporcionó la historia. El heroico pueblo vietnamita le dio una paliza al imperialismo más poderoso de la Tierra, que contaba con mucho mayor armamento y tecnología infinitamente superior. El imperialismo norteamericano y su socio en Medio Oriente, Israel, poseen un gran poder militar. Pero en sus guerras no combaten sus pueblos a partir de un proyecto colectivo. Por eso aunque momentáneamente puedan ganar una que otra contienda, a largo plazo tienen los días contados. Ni tarot ni oráculo ni bola de cristal. ¡Enseñanzas de la historia!

Pero sólo con la fuerza material no se puede ganar ninguna confrontación. Fue Lenin quien recomendaba aprender del enemigo. Si ellos manejan todas las formas de lucha (mucho antes de que se conocieran las guerras híbridas, cognitivas, de IV generación), ¿por qué los pueblos no pueden apelar a todas las formas de lucha? ¡Tenemos el derecho y la legitimidad! Y la decisión dependerá de los pueblos, no de cuatro locos iluminados.

Según sus investigaciones y reflexiones, ¿por qué las burguesías latinoamericanas han sido y son contrarias al pensamiento de los libertadores?

Porque nunca han tenido un proyecto de nación independiente y soberana. Han priorizado sus intereses inmediatos y cortoplacistas. Nacieron como burguesías dependientes, socias menores del imperialismo en la división de tareas del sistema mundial capitalista. Cada vez se reduce más su margen de autonomía y maniobra. Por eso en el pasado le dieron la espalda a Bolívar y San Martín y hoy en día se comportan como el peón servil que defiende al amo frente a otros esclavos rebeldes. Las burguesías criollas no pueden encabezar, como grupo y clase social ningún proyecto de liberación.

Bajo la misma óptica, ¿por qué la versión predominante de la historia de Argentina es antibolivariana, y la venezolana es antisanmartiniana? ¿Se puede corregir eso?

Las visiones predominantes sobre la historia no flotan en el aire. Son deudoras de las ideologías de las clases dirigentes, dominantes y hegemónicas. Las burguesías autóctonas, criollas, al nacer dependientes, se opusieron desde el inicio a todo proyecto de unidad continental, anticolonialista y antiimperialista. Por eso elaboraron relatos escolares con “héroes” locales, reducidos a estatuas inofensivas. Simples objetos de culto, ajenos a la lucha popular. En cada país se rinde un culto especial al “héroe” local (las heroínas directamente desaparecen de escena). Llegó la hora de tener una mirada más abarcadora. Eso nos enseñaron Fidel, el Che, Chávez: no tenemos un “héroe” local de bronce para que lo “decoren” las palomas de una plaza. Debemos mirar el conjunto, a partir de proyectos de liberación que nos integren y unan. Bolívar y San Martín son apenas dos brazos de la revolución continental.

Usted siempre dice, en sus clases y conferencias, que la mayor afrenta que Argentina le pudo hacer a Bolívar fue colocar su monumento en el parque Rivadavia de Buenos Aires. ¿Por qué?

Porque Bernardino Rivadavia no sólo fue el iniciador del endeudamiento económico argentino con la Banca británica Baring Brothers. Además fue un ardiente opositor al Congreso Anfictiónico de Panamá. Por eso, ubicar el gigantesco monumento a Bolívar en el Parque Rivadavia… es un despropósito. El parque es bellísimo. Lo más apropiado sería cambiar el nombre de Rivadavia por otro más digno. Quizás podría denominarse parque Juana Azurduy… ¿por qué no? Bolívar le tenía un gran respeto y admiración a la guerrillera Juana. Sería más coherente.

Y otra inquietud en el mismo sentido, ¿por qué las izquierdas latinoamericanas han sido tan antibolivarianas y antisanmartinianas, coincidiendo en eso con sus respectivas burguesías?

No todas las izquierdas han sido tan primitivas y unilaterales. Las izquierdas han sido y son muy variadas. Aquellos segmentos que se han dejado hegemonizar y han marchado a remolque de sus burguesías compraron el discurso liberal, tiñéndolo con tres o cuatro frases sueltas de Marx, sin contexto ni mayor comprensión. Maquillaban la ideología burguesa, racista, dependiente y colonial de sus respectivas clases dominantes, con gestos y tics rituales de la tradición roja. Una nueva izquierda revolucionaria debe animarse a soltar esos lastres con tan feo olor para asumir de una buena vez una perspectiva anticolonialista y antiimperialista. No habrá socialismo en Nuestra América si no asumimos las tareas nacionales postergadas y las revoluciones inconclusas de la primera independencia.

Volviendo a la coyuntura actual de Venezuela, usted ha subrayado la importancia que tuvo la fuerza moral en la guerra de Independencia librada por Bolívar contra un ejército muchas veces superior en número de efectivos, armamento y otros recursos. ¿El apresto que está llevando a cabo la fusión cívico-militar-policial venezolana para enfrentar una posible agresión estadounidense rescata ese componente?

¿Por qué luchan los marines y otros efectivos de las fuerzas militares del Pentágono y la OTAN? Por dinero, por cartas de ciudadanía y por alguna que otra prebenda, en lo inmediato. A nivel macro, para dominar y robar petróleo, gas, litio, biodiversidad, etc. ¿Por qué luchan los millones de milicianos y milicianas bolivarianas, las fuerzas militares bolivarianas regulares, incluso las fuerzas policiales que se mantienen fieles al legado chavista? Por la soberanía nacional, por la felicidad de su pueblo (sus familias, sus hijos e hijas, sus madres y padres, sus parejas) y a largo plazo por la unidad de Nuestra América. Ni un millón de bombas atómicas pueden cambiar eso. No son bravuconadas ni fanfarronerías. Hay pruebas históricas. Los pueblos de Vietnam, de Argelia, de Cuba, de Angola y Sudáfrica obtuvieron la victoria. Hollywood podrá imponernos artificialmente la fiesta de Halloween y la hamburguesa, pero no puede ocultar que perdieron todas esas guerras de agresión y de rapiña. La principal “fuerza productiva” de la historia es la fuerza moral de los pueblos que se hacen respetar.