CORONAVIRUS Y LUCHA POPULAR
Por Guillermo Cieza
«El problema de la nueva pandemia es que tras la crisis de 2008 buena parte de los países ricos y pobres recortaron sus presupuestos de sanidad»
Algunos datos sobre el coronavirus (covid 19) y algunas preguntas.
Por los datos que son conocidos se inició en la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan en el interior de China. Los chinos responsabilizan a militares norteamericanos que habían traido el virus por descuido o intencionalmente.
La respuesta frente al brote de coronavirus en China ha tenido dos posturas. En un primer momento las autoridades provinciales no dieron importancia al tema y se censuraron denuncias de un médico sobre lo que estaba sucediendo. Cuando se tomó conciencia de la gravedad del asunto se tomaron medidas drásticas de parar el país para evitar que se extendiera el virus. Estas medidas afectaron lo público y lo privado. Se cerraron escuelas, pero también puertos, transportes, fábricas, etc. para evitar que se extendiera el virus. El gobierno privilegio la salud pública por sobre los costos económicos de parar la producción. Desde la respuesta médica, China tiene un buen sistema de salud, mucha inversión en investigación farmacológica y la apertura mental para apelar a los recursos mundiales disponibles. Por ejemplo frente a este virus se esta utilizando el medicamento cubano interferón alfa 2B (IFRrec), con muy buenos resultados.
En el caso italiano, por ahora el más grave de Europa, se denuncia que hubo reflejos lentos del gobierno y del sistema de salud, lo que permitió que el virus se expandiera. En ese país, hoy la demanda de atención sanitaria desborda al sistema publico y privado. Hay saturación de pacientes en los centros medicos y escasez de respiradores.
El problema de la nueva pandemia es que tras la crisis de 2008 buena parte de los países ricos y pobres recortaron sus presupuestos de sanidad. Contemplando los recursos con que dispone, quizas el caso mas extremo sea Estados Unidos donde el Presidente Trump cerró el Consejo de Seguridad Nacional de la unidad de salud global, ha disuelto equipos y desfinanciado programas de salud. Los 8.300 millones destinados por el Congreso para combatir la pandemia parecen una suma importante, sin embargo es la décima parte de lo que se destina anualmente a la guerra en Afganistan. El problema de Estados Unidos es que tiene un sistema de salud muy malo, donde la clase media baja y los más pobres están totalmente desprotegidos. Es verdad que el coronavirus se presenta como una «enfermedad de aeropuertos», empezando a afectar a los más ricos, a los que viajan en avión por razones de turismo o negocios. Pero como ocurre con las modas, lo que empieza con los más ricos siempre llega a los más pobres. Si el epicentro de la crisis parece desplazarse de China a Europa, es muy posible que en el futuro se desplace a Estados Unidos, o quizás eso ya ocurrió y lo estan ocultando.
En la Argentina, Macrí durante su mandato, actuó en la misma dirección que Trump, Bolsonaro, etc. La pandemia encuentra al país en una situacion financiera muy grave, afectada por una deuda externa impagable, con un sistema de salud en condiciones de mucha precariedad y falta de presupuesto.
Por ahora la linea de intervención del gobierno nacional ha sido la misma de los gobiernos europeos en el sentido de restringir movimientos y concentraciones en lo público, pero no afectar lo privado (bancos, fabricas, etc).
La situación es extremadamente compleja porque expertos sanitaristas aseguran que si el virus llegara a masificarse rápidamente no hay sistema de salud que lo aguante.
La gestión de la pandemia, centrada en no saturar los servicios de salud, en nombre de la solidaridad social, propone el aislamiento y promueve el individualismo. La resolucion del problema parece adecuada si el coronavirus fuera el único mal que nos afectara. Pero ocurre que tenemos otros males, como la emergencia social, la impagable deuda externa y la crisis climática, a los que sólo puede responderse desde la acción conjunta y la práctica comunitaria.
Con respecto a las medidas para detener la propagación del virus, desde los intereses populares lo más conveniente sería parar lo privado y no lo público. Alguien podría alegar que nuestro país no tiene las espaldas financieras de China para parar por un tiempo la producción. Deberia argumentarse que tampoco nuestro pueblo tiene resto para que le afecten derechos basicos como sostener la educación, la asistencia social, etc. Restringir el derecho a las movilizaciones populares en un momentos de crisis y de grandes decisiones politicas es una verdadera catástrofe. Si las grandes decisiones politicas se resuelven entre cuatro paredes, con todos los lobbys empresariales y mediaticos operando a full, seguramente lo decidido significará seguir descargando la crisis entre los que menos tienen.
Ayer en Chile, se produjo una importante movilizacion de estudiantes secundarios. Chile tiene 43 casos declarados de coronavirus, la mayoria en Santiago. ¿Los chilenos encontraron la respuesta? Es dificil decirlo, sobre todo porque las consecuencias de equivocarse son funestas. El argumento de que la decisión correcta es siempre hacer lo contrario de lo que propone el gobierno es siempre infantil y en algunos momentos puede ser peligroso. Habría que buscar mejores razones.
Lo que es seguro es que no se puede dejar de luchar y mucho menos en momentos en que se van a tomar decisiones políticas y económicas que marcarán nuestras vidas en los próximos años. ¿Habrá que seguir movilizando, tomando precauciones para minimizar los riesgos? ¿Habrá llegado el momento de apelar a viejas formas de lucha que no incluyen las concentraciones masivas? ¿Habrá llegado el momento de inventar nuevas formas de protesta?
Guillermo Cieza, La Plata, Argentina, 14 de abril de 2020