Por Guillermo Cieza

La dignidad no se relata. Se ejerce. Se cumplieron 22 años del 20 de diciembre de 2001 y se recordaron de la mejor forma: resistiendo.

Cobertura Tramas – Contrahegemonía

23 de diciembre de 2023 | Fuente: Tramas

Estaban por todos lados, en las rutas en las calles, uniformados de azul, de verde, de celeste, de blanco. Estaban las motos y las tanquetas. Subían a los ómnibus y filmaban a las y los pasajeros. Y, sin embargo, miles de personas caminaban a Plaza de Mayo. Algunos agitando con banderas, otros como si estuvieran paseando, haciéndose los distraídos. Pero todos en la misma dirección, con esa mezcla de convicción y miedo, que siempre acompañan los días que hacen historia.

Y después vinieron los encuentros, los abrazos. Esos sentimientos de ser compañeros y compañeras que no se trasmiten por whassap. -¡Viniste!. ¿y cómo me la iba a perder? Nada más que eso. La dignidad no se relata. Se ejerce.

El discurso del poder volvió a expresarse esa noche con el Decreto de Necesidad y Urgencia que anunció Milei, sin ningún pudor para quitar derechos: anulación de la ley de alquileres, de abastecimiento, de tierras, del compre nacional y de la ley de góndolas; reforma laboral, venta de empresas públicas, etc.  Se eliminan de un plumazo todas las regulaciones que intentaron poner algún control o reparo a la desnacionalización y a la explotación más descarada.

Y otra vez salieron vecinos y vecinas a cacerolear y a movilizarse. Se juntaron en las esquinas de las principales ciudades del país, fueron a Congreso, sin banderas, a pura bronca. Y se escuchó: “Milei, Basura, vos son la dictadura”

El destino de nuestra patria vuelve a ponerse en juego entre los que luchan y los que se preparan para imponer sus reformas sangre y fuego. Después, están los comentaristas, los que deshojan las margarita. Los que vuelven a ofrecerse como bomberos, mediadores o representantes populares de una lucha donde no participaron.

La irrupción de la resistencia popular saca de agenda el debate sobre si los malos tiempos que se padecen son responsabilidad del anterior gobierno, o de la nueva gestión. Ahora el que manda es Milei y sus esbirros. También saca de agenda las polémicas sobre si resistió mucho o poco al lamentable gobierno de Alberto Fernández. Ahora los que están enfrente son Milei, Macri y compañía. La única línea divisoria es la que separa a los que luchan, de los que no luchan.