LA ESTRATEGIA NORTEAMERICANA

Por Vocesenlucha


La estrategia de intervención mediante el caballo de Troya de la llamada «ayuda humanitaria» se le ha caído al imperio en los días en que más carne le puso a esa baza. La puesta por ese producto fabricado por la élite para desestabilizar Venezuela llamado Guaidó les salió rana. Muy posiblemente, en breve tirarán al cajón de los recuerdos a ese títere a quien sus propias voces comienzan a llamar «fracasado».


La alianza cívico-militar, esa extraordinaria comunión entre pueblo y Fuerzas Armadas en Venezuela, algo inusual e increíble, de raíces propias y producto de un largo trabajo de décadas, derrotó las pretensiones del poder hegemónico para el 23 de febrero. Lo que no cuentan los medios corporativos, es que detrás de las FANB, estaba el pueblo organizado defendiendo su soberanía, su independencia, su dignidad. Lo que no cuentan los medios hegemónicos es que el pueblo de Venezuela salió masivamente en esos días a defender a su gobierno legítimo, a defender un proceso por el que llevan 20 años poniendo pecho, alma y corazón.


Eliott Abrams, «encargado especial para Venezuela», en una reciente entrevista señalaba que la estrategia de EEUU para hacer caer al «régimen de Maduro» no será la intervención militar sino la presión económica y financiera. La derrota de la vía militar en instancias internacionales como el Grupo de Lima o la ONU serían responsables de ese descarte.
¿Significa eso que EEUU abandona la agenda intervencionista? Nada más lejos de la realidad. Lo dicen las propias palabras de Abrams, que no titubea en expresar abiertamente la continuidad de la guerra económica. Pero hay algo más.


Hace unos días, el embajador de Venezuela en la ONU, Samuel Moncada, denunciaba lo que parece se instala como la opción del imperialismo norteamericano, algo que ya estaría en marcha desde hace rato: la organización por parte de Estados Unidos de un ejército de mercenarios en Colombia para introducirlo en Venezuela y desestabilizar al país. Señala Moncada que no se trata ya del “uso público de la fuerza militar sino de su uso clandestino”, en una estrategia similar a la sufrida por el pueblo de Nicaragua en los 80, con el ejército mercenario de la «contra» financiado y dirigido por EEUU.


El pueblo de Venezuela sigue alerta porque lo que se juega es nada menos que la independencia nacional. Nada menos que la dignidad.


Fuerza Venezuela