«No se puede transar con una Comisión que nace con letra muerta, mala intención y con lógica de guerra, razones que explican por qué no está la participación de los referentes que estamos en la lucha concreta y que sostenemos con honestidad y valor la causa histórica de nuestro pueblo.»

13 de septiembre de 2025 

Frente a la consulta indígena, como resultado de la Comisión por la Paz, primero señalar que nuestro werken Héctor Llaitul ya hizo un análisis basado en aspectos históricos. Un análisis de tipo estructural sobre las contradicciones que han reestablecido la larga lucha entre nuestro Pueblo Nación con el Estado chileno y el Estado argentino.

Hoy queremos manifestar que nuestra organización considera una farsa la propuesta por parte del Estado chileno de llevar adelante la Comisión por la Paz y Entendimiento. Carece de validez porque es una iniciativa ideada por el mismo sistema opresor y por todas las expresiones que allí se retratan. De hecho, surge como una necesidad desde la ultraderecha y por ello se impone en todos los sectores políticos institucionalizados que hoy se sienten muy cómodos frente al programa neoliberal gobiernista.

Es desde ahí que parte nuestra crítica fundada, a lo que se suman otros argumentos y razones morales, políticas, culturales. Una comisión que sesiona con un estado de militarización del Wallmapu constituye no solo una falta a la ética en sí misma, sino que pasa a ser una afrenta a todo nuestro pueblo, al sufrimiento que ya por siglos venimos asumiendo desde los tiempos de la invasión española. Hoy eufemísticamente se llama a la militarización -bajo el ordenamiento jurídico y político actual- como Estado de Excepción, siendo la demostración del trato y sometimiento que impone, por la fuerza, el Estado colonial chileno. Sostenemos nuevamente que no se puede hacer una propuesta con el Wallmapu ocupado militarmente.

A esto se agregan otros elementos, como todo lo que ha significado la represión indiscriminada hacia las comunidades, hacia los procesos de reivindicación territorial y de lucha que llevan adelante nuestras comunidades y las distintas expresiones de resistencia mapuche. Un elemento no menor es la existencia de cientos de presos políticos mapuche, sobre todo de dirigentes que solo han expresado ideas-fuerza que levantan propuestas para la liberación de nuestro pueblo.

En este marco tenemos una posición muy clara frente al acuerdo principal de la Comisión de llevar adelante una consulta para validar los alcances de esta instancia que carece de legitimidad y nos parece un contrasentido. Nuestra posición como movimiento autonomista ha tenido cabida en la masa mapuche en general, y es la que sostiene el carácter reivindicativo histórico de la recuperación de las tierras usurpadas y que en las últimas décadas se ha expresado de distintas formas.

En este sentido, somos conscientes de que hay diversas posiciones en el movimiento Mapuche y que algunas se han ido matizando. Se hace absolutamente necesario remarcar que bajo estas condiciones no se puede transar con una Comisión que nace con letra muerta, mala intención y con lógica de guerra, razones que explican por qué no está la participación de los referentes que estamos en la lucha concreta y que sostenemos con honestidad y valor la causa histórica de nuestro pueblo. Una consulta así, por tanto, pierde absoluta validez, seriedad y legitimidad. Seguir tratando de cooptar a ciertas personalidades, a técnicos y burócratas del movimiento promapuche para que puedan convencer a las comunidades de participar es una maniobra burda y resultará un fracaso.

Será un nuevo paso en falso que solo demostrará que el actual gobierno no debió subestimar a nuestra gente mapuche, porque en el fondo las comunidades lo que han demandado siempre es la devolución y la recuperación de sus tierras ancestrales, así como otras demandas históricas muy sentidas. Si esta reivindicación territorial y política no es resuelta con un sistema de tierras y con políticas que vayan en esa dirección, la consulta y demás iniciativas gubernamentales resultarán un absoluto desengaño, una nueva frustración que creará una crisis de tipo estructural en la lucha territorial.

La Comisión ya fue un fracaso en sí misma, por la forma como surge, cómo estuvo compuesta y cómo se llevó a cabo. Ha perdido absolutamente validez a poco andar y obviamente la administración actual debería echar pie atrás. Sin embargo, dada la naturaleza del Estado chileno, se está intentando crear una vía para restablecer la relación colonial de opresión y subordinación con la participación de los oportunistas de siempre. En su momento ya fueron cooptados por los partidos políticos winkas y que plantearon rastreramente participación dentro del sistema comandados por los ex Concertación y algunos seudoprogres. La idea de esto es buscar una nueva salida negociada y de reacomodo de la forma de hacer política institucional y sistémica, la que a su vez pretende contener la causa Mapuche autonomista y revolucionaria.

En este contexto vemos nuevamente la aparición de supuestos representantes de la causa mapuche que surgieron ligados a los partidos políticos que nos dominan y que hoy paradójicamente también estarían en contra de cómo se lleva la consulta. Pero estos personajes no representan el verdadero sentir de las comunidades, en cuanto al reclamo de la devolución de las tierras ancestrales y a cómo poner fin a la depredación que generan las políticas extractivistas, la industria forestal en el territorio ancestral, porque son sectores que no están por el restablecimiento o la reconstrucción de nuestro pueblo mapuche. Ciertamente se trata de nuevos casos de aprovechamiento político de parte de yanakonas y serviles al sistema de dominación.

Rechazo en las comunidades

Ha quedado en evidencia que la consulta ha generado el rechazo de muchas comunidades, inclusive en aquellas comunidades con representación en el ordenamiento y jurisprudencia de la misma institucionalidad opresora. Representaciones que se dan por regiones, a través de comunas y sectores, se han organizado para hacer un rechazo contundente a esta forma de hacer política para resolver las demandas históricas.

Denunciamos por tanto que habrá un aprovechamiento político del rechazo a la consulta. De hecho, ya existen manifestaciones de este tipo. En el marco del periodo de campañas políticas que se vienen, se puede comprender la reaparición de Elisa Loncón, de Rosa Catrileo, quienes levantan candidaturas al parlamento impugnando la demanda mapuche y la oposición a la consulta. Un nuevo contrasentido para la causa autonomista, ya que el parlamento no es la instancia, como ya se ha demostrado, para la recuperación territorial y política, todo lo contrario, constituye la participación a la que obliga el Estado colonial, queriendo alejar y combatir el planteamiento que por décadas hemos llevado desde la CAM y el movimiento autonomista revolucionario mapuche.

Hemos de volver a sostener que las posturas sistémicas, que incluye las de plurinacionalidad, resultan absolutamente funcionales al sistema de dominación. Volvemos por eso a reafirmar que los procesos de recuperación territorial más efectivos los hemos desarrollado desde un ámbito de lucha, de confrontación con los intereses del gran capital y en el terreno concreto. La lucha no resulta efectiva por la vía institucional y sistémica.

La vía institucional ni siquiera ha podido desenredar este entramado de políticas, leyes, normativas y una serie de injusticias que se urden y determinan en el parlamento burgués, pauteados y validados por el Ejecutivo y toda la institucionalidad opresora. Un ejemplo claro es que jamás han derogado el decreto 701 que ha significado el gran robo y la acción depredatoria hacia nuestros territorios ancestrales. Otro ejemplo es que desde el parlamento se da siempre luz verde al Estado de excepción permanente en el Wallmapu.

Por lo expuesto, hemos de reafirmar que la lucha concreta y real desde las comunidades es la que más ha logrado recuperaciones territoriales. La CAM como movimiento mapuche autonomista ha obtenido importantes logros en la recuperación territorial en base a experiencias de control territorial en muchos predios que tenían usurpadas las forestales. Se trata de miles de hectáreas que hoy están bajo nuestra soberanía. Esa es una de las razones de fondo por las cuales se ha establecido por parte del Estado la militarización en el Wallmapu, y se han dictado leyes de excepción para reprimir estas formas de luchar.

Si analizamos con seriedad cuál ha sido la validez y la eficacia de las propuestas, hemos de sostener como expresión de lucha que acumulamos mucha más fuerza en restitución de derechos fundamentales para nuestro pueblo, que todas las posiciones rastreras y entreguistas que representan quienes siguen ligados al establishment de la política burguesa. En el último tiempo ya cargan con la experiencia fracasada de participar en el proceso constituyente.

Nuevamente campañas de desprestigio

Por otro lado, nos queremos referir a la acción judicial que busca el desafuero de un diputado de la UDI que hizo uso de filtraciones de conversaciones entre una periodista y nuestro werken Héctor Llaitul. Diálogos que son de carácter privado, resultado de una relación profesional entre una reportera y el vocero de nuestra organización mapuche que estaba en el centro noticioso en aquel entonces.
Estas filtraciones -que son parte de una acción judicial- se utilizaron por la prensa y ciertos políticos en el marco de una operación de inteligencia digitada desde la derecha fascista y que tiene como objetivo desvirtuar el carácter de la lucha Mapuche autonomista, que sostiene el planteamiento y discurso de nuestro werken histórico.

Esta situación no es nueva, porque de un tiempo a la fecha se han venido ejecutando distintas campañas de desprestigio y de denostación no solo hacia referentes políticos más importantes sino también hacia las organizaciones que con mayor fuerza hemos abrazado la lucha por reivindicaciones territoriales y políticas que confrontan con el poder, y que pasan a constituir la base para la reconstrucción de la Nación Mapuche.

Estas campañas estigmatizadoras fueron impuestas históricamente contra los mapuche. Vienen desde los tiempos de la colonia e incluso antes, desde el tiempo de la conquista. Están compuestas de racismo y denostación que han pretendido siempre difamar nuestra resistencia. En el último tiempo se han sumado epítetos que nos califican de delincuentes, terroristas o narcoterroristas.

Hoy estos calificativos cobran fuerza y son parte de nuevas operaciones en contra nuestra. En el fondo se trata de acciones que buscan la demonización de la causa mapuche para situarla en un marco de mayor criminalidad y de supuesto terrorismo, para lo cual recurren a información falsa construida por las policías y fiscalías, e ideada y montada por algún personero inescrupuloso. La derecha económica y política, junto a sus actuales aliados centroizquierdistas en su desespero por tratar de frenar nuestra justa lucha, siempre han buscado desprestigiarla con antecedentes artificiosos para mancillar y desacreditar la posición y la vida personal de los nuestros.

En este caso, creemos que además hay una situación que no está siendo abordada en su real dimensión. Filtrar antecedentes falsos y tendenciosos solo busca dar material a los medios hegemónicos de la derecha para tratar de echar abajo el discurso de un dirigente que ha sido asertivo y lúcido en la entrega de nuestros planteamientos políticos y estratégicos. En ese afán, se generó un daño colateral que afectó la credibilidad de una periodista en específico -que por cierto tiene todo el derecho de demandar por injurias y denostación. Hecho deleznable que nos hace recordar una situación muy parecida con la ministra de desarrollo social, quien fue expulsada de su cargo solo por intentar un contacto y sobre la cual se montaron suposiciones divulgadas por los mismos sectores ligados al empresariado.

En este caso – de filtraciones y desafuero de Bobadilla- hay un antecedente que no es menor, al existir la continuidad de este tipo de operaciones de inteligencia sucias, en base a informes falsos. Se trata del manejo de las redes sociales para desvirtuar y desprestigiar posiciones de nuestra lucha Revolucionaria. Las redes hoy marcan tendencia y resulta muy fácil crear textos, imágenes falsas que desvirtúan la verdadera comunicación entre las personas, la comunicación interpersonal propia del mundo mapuche.

La lucha mapuche autonomista y revolucionaria que asume la CAM es muy decidida y tiene características antisistema. Va en contra del Estado capitalista y colonial. En concreto, confronta muy fuertemente contra los intereses de las forestales. Esa ha sido la posición que ha expresado abiertamente y de forma muy valiente nuestro dirigente y werken, hoy encarcelado por el Estado chileno a petición expresa de los grupos económicos ligados a la industria maderera.

Al respecto resulta necesario dejar en claro que, cuando un dirigente sigue manteniendo los principios y la línea de su organización aun estando en la prisión, va a seguir siendo perseguido y reprimido en la cárcel. Seguirá siendo denostado por estas ya burdas operaciones de difamación y desprestigio, difundidas por la prensa servil a los poderosos. Por ello debemos denunciarlas de la forma más clara posible.

Finalmente, junto con dar nuestro más firme respaldo a nuestro dirigente histórico, quien ha asumido dignamente la cárcel a pesar de la vulneración de sus derechos políticos y culturales estando recluido en el penal Biobío, igualmente entregamos el respaldo a todos nuestros PPM de la CAM así como de los demás weichafe encarcelados, quienes resisten heroicamente desde su condición de rehenes del Estado chileno, en momentos en que este mismo Estado mantiene militarizado el Wallmapu y pretende llevar adelante una consulta ilegítima y fracasada.

Por la libertad de los presos políticos mapuche.
¡Por territorio y autonomía!
¡Amulepe taiñ weichan!