
PALESTINA Y WALLMAPU
Por Héctor Llaitul Carrillanca | Preso Político Mapuche, vocero de la CAM
«El Estado de Israel y el Estado chileno tienen una relación de colaboración a la hora de reprimir a nuestras luchas. El aparato represivo de Pinochet, en tiempos de dictadura, se asesoró desde las políticas de seguridad interna del Estado sionista».
20 de julio de 2025
Los últimos acontecimientos ocurridos en el Medio Oriente han generado un gran impacto en el mundo en general y resuenan de forma horrorosa para la Causa Mapuche. Hemos de constatar la masacre indiscriminada contra la población civil palestina, que incluye bombardeos a asentamientos, residencias, escuelas, hospitales, iglesias, en los últimos días a centros de ayuda y a masas de refugiados hambreados e indefensos. Es la cara de un genocidio, una triste y dolorosa realidad que hace imposible no pronunciarse respecto de la heroica lucha de resistencia de nuestros hermanos palestinos.
Este es un escrito necesario, que más allá de solidarizar con la lucha del Pueblo Palestino, constituye una pretensión de Acompañar, hacer un llamado al nacionalismo antiimperialista de nuestros pueblos originarios de América Latina.
La lucha del Pueblo Palestino y la lucha mapuche son resistencias contra el colonialismo y todas sus manifestaciones, porque en el fondo se trata de luchas contra la supremacía racial y el fascismo como expresión desesperada del capitalismo. Se resiste contra el control ideológico y político y la explotación de los territorios, en definitiva es una lucha contra el exterminio como forma de dominación.
Lo que nos une como resistencias es la lucha contra la opresión, contra la ocupación y el colonialismo, independientemente que haya algunas diferencias respecto al tipo de colonialismo opresor (tiempo y espacio) así como las formas en que se asumen las resistencias y las propuestas político-territoriales para la reconstrucción y liberación de nuestros Pueblos. En ese sentido, vale hacer un breve repaso de lo que ha sido la realidad histórica de confrontación que hemos sufrido, tanto de la lucha palestina como de la lucha en el Wallmapu, para así referirse y comprender al neocolonialismo sionista que tan brutalmente golpea en estos momentos, frente a lo cual no podemos quedar indiferentes. Hemos de hablar con propiedad porque los mapuche sabemos de masacres y campañas de exterminio. Por ello afirmamos que la lucha del Pueblo Palestino es también nuestra lucha.
La lucha de los palestinos ha pasado a constituir una de las mayores resistencias en el concierto de las luchas anticoloniales. En la historia de la humanidad ha habido muchas luchas de pueblos Naciones que se han constituido en resistencias ante un Estado opresor que permanentemente golpea a las expresiones que batallan por justas reivindicaciones en tanto soberanía y autonomía de sus territorios. La lucha palestina tiene que ver con una impronta y una historia en que se viene forjando una identidad nacional de resistencia, que refuerza la cultura e idiosincrasia propias. Más allá de una oposición al opresor, se trata de una posición de defensa del territorio y la Libertad, donde se refuerza el concepto y las características subjetivas de su Nación como ellos la entienden y la quieren. La lucha por la territorialidad es también la lucha por la autonomía y por la cultura, y eso es precisamente lo que la asemeja a lucha de nuestro Pueblo Mapuche y por tanto nos une y entrelaza frente a un enemigo común.
Hoy la historia cobra gran importancia, y más allá de hacer un recuento histórico de lo que han sido nuestras luchas, es fundamental recalcar hitos relevantes. Destacar por ejemplo que la lucha palestina tiene sus propios episodios que la posicionan y que esos eventos marcan su relevancia actual porque también sus sacrificios le ha reportado conquistas de gran significación. Ejemplo de ello es que hacia el año 1988, Palestina comienza a ser reconocida como un Estado independiente por muchos países en el mundo, y que en el año 2012, es reconocido por la ONU como un Estado asociado. Es con lucha y resistencia que han logrado estos hitos de relevancia política indesmentible, y que a su vez explican el por qué del odio y la guerra genocida del Estado de Israel, que no permite un crecimiento en el sentido autonómico y de liberación que este heroico pueblo ha emprendido. Es en este contexto en que se posiciona la postura más radical que han asumido los israelitas de llevar adelante un verdadero genocidio con las masacres que hoy día observamos con rabia y dolor.
Para comprender la magnitud de la actual ofensiva neocolonial israelí, es necesario entender el trasfondo y la motivación de los opresores. Tratar de entender esa ideología maldita que es el Sionismo constituido ya en un movimiento político sustentado por sectores judíos de derecha ubicados en diferentes países, principalmente de Europa, que son los que refuerzan la postura en el Estado colonial e invasor israelí. El movimiento político sionista es el responsable del actual genocidio en Palestina porque tiene una ideología de apropiación colonial que es eminentemente racista y que fomenta el exterminio de la población palestina. Sionismo que tiene como objetivo instaurar un Estado con un nacionalismo teocrático, único. Se ha transformado en un tipo de colonialismo al histórico estilo europeo de ultramar occidental. Hay un proyecto racista colonial de fondo que pretende salvaguardar la fortaleza blanca y occidental por sobre la realidad negra de los árabes y por sobre cualquier otra diferenciación. De ahí su obsesión por disputar aspectos demográficos y de posicionar una doctrina blanca intolerante que profundice la cultura occidental de un pueblo escogido. Entendemos así por qué reprimen lo comunitario y los distintos colectivos árabes que se han opuesto a su ideología supremacista. Propuesta colonialista que se entrelaza e impone como lo fue el apartheid.
El Estado de Israel impone a los palestinos, principalmente en los territorios palestinos militarizados y ocupados, un tipo de relación cruel que está sobre la base de la separación racial. Es la base del apartheid, esa realidad que se conoció en la Sudáfrica colonialista y nacionalista blanca.
La heroica resistencia palestina está a su vez en un plano de ebullición, porque más allá de lo horroroso que puede ser el genocidio sobre los territorios de Gaza y Cisjordania, hay un elemento que destaca con fuerza: la fortaleza de la lucha por la reconstrucción de un pueblo ocupado, la lucha por la defensa y recuperación de los territorios, tal como lo ha hecho nuestro pueblo mapuche históricamente.
La Nación mapuche en la actualidad vuelve a resistir una nueva invasión, la del capitalismo más salvaje y devastador. Afrontamos por ello las ofensivas neofascistas de la ultraderecha chilena, con lógicas coloniales y racistas que se asemejan al sionismo criminal actual.

La resistencia palestina y su relación con la lucha en Wallmapu.
El efecto cruel y nefasto del colonialismo en los pueblos de Palestina y Mapuche tiene muchas similitudes. El Wallmapu, territorio ancestral mapuche que incluye parte de las fronteras coloniales del sur de Chile y Argentina, se encuentra actualmente bajo un estado de militarización por el interés del imperialismo norteamericano y sus lacayos entre ellos el sionismo israelí para imponer la lógica de acumulación capitalista. La militarización de los territorios en disputa es el principal modelo que ha adoptado el Estado chileno para mantener la opresión del Pueblo Nación Mapuche, que en las últimas décadas ha retomado la lucha política y territorial para su reconstrucción nacional . Con la militarización y la criminalización de la causa mapuche, el Estado decide mantener el negocio de las grandes empresas extractivistas en el territorio ancestral. El estado chileno protege así a las empresas forestales y proyectos energéticos. Algo similar ocurre con los colectivos comunitarios (beduinos), comunidades árabes palestinas, a quienes se les usurpan sus tierras para la reforestación, que solo beneficia a los grupos sionistas.
Chile es un estado capitalista dependiente del imperialismo norteamericano,posee una naturaleza profundamente racista y colonial en el trato que le da a sus pueblos originarios. Ejerce la opresión hacia el pueblo mapuche porque las comunidades desarrollan procesos de resistencia frente al sistema de dominación.
Al igual que en Palestina, el Estado chileno ha despojado al pueblo Mapuche de sus territorios y sus demás bienes, como el agua. Por su parte, la empresa israelí Mekorot Water Company Ltd., que controla el 90% de la gestión hídrica de Israel, sustenta dicho suministro en base a la usurpación del agua en el territorio palestino, hecho denunciado en tribunales internacionales. Esta misma empresa, desde mediados de 2023, ofrece asesorías al gobierno regional chileno del Bio-Bio, para el despojo de las aguas en el territorio mapuche.
La colonización del Estado chileno y argentino en el Wallmapu histórico fue en base a una ocupación militar de exterminio, la mal llamada “Pacificación de la Araucanía” realizada entre los años 1881-83. Una ofensiva militar de dos ejércitos (chileno y argentino) que en sus campañas desarrollaron un verdadero genocidio que significó el asesinato de 50 mil a 70 mil mapuches. Con estas masacres desde el Estado chileno dio inició a un gran proceso de apropiación de tierras, hecho muy similar a lo que actualmente hace el Estado de Israel con los NAKBA, razón por la cual podemos concluir que ambos pueblos vivimos la ocupación y opresión de parte de estados coloniales.
Queremos manifestar que entendemos perfectamente la realidad que sufren nuestros hermanos palestinos. Por lo mismo es que se debe generar una relación y una solidaridad entre la resistencia que damos desde el Wallmapu y la digna lucha palestina.
En la actualidad, cuando se trata de imponer el mito de la superioridad racial (fundamento igualmente de los colonos neofascistas en Chile) como pretexto para justificar el despojo, la usurpación y la explotación de tierras ancestrales, hemos de seguir resistiendo contra la dominación. Aún hoy, el mito de civilizar o evangelizar nos retrotrae a los peores tiempos de la invasión y conquista, hecho que nos desafía a seguir luchando por nuestra identidad y cultura con un tipo de resistencia en base a nuestra espiritualidad ancestral. La lucha Mapuche actual se fundamenta en la defensa de la tierra y la relación insondable entre el hombre y la naturaleza, lo cual nos hace enfrentarnos a la actual explotación económica que sufre nuestra ñuke mapu (madre tierra) y a la consecuente ocupación por desposesión que imponen los modelos neoliberales de los estados coloniales.
La imposición de los campos de refugiados palestinos, así como las políticas de reducción de las comunidades mapuches generaron fuertes movimientos de resistencia y la legitimidad de levantar propuestas de liberación, reivindicando el derecho a la autodeterminación.
Resulta no menor indicar y denunciar igualmente que el Estado de Israel y el Estado chileno tienen una relación de colaboración a la hora de reprimir a nuestras luchas. El aparato represivo de Pinochet, en tiempos de dictadura, se asesoró desde las políticas de seguridad interna del Estado sionista. Políticas y asesorías que se mantienen en la actualidad inclusive por el actual gobierno seudoprogre de Boric. El Estado de Israel, sus Fuerzas Armadas, vende a Chile: armamento, logística, tecnología y diversos equipos (de monitoreo) para la represión, además de la capacitación a agentes chilenos en técnicas militares y de inteligencia que ellos garantizan como “probadas” (utilizados en los campos de refugiados palestinos ). Ya hemos denunciado que estos recursos militares y técnicas represivas están siendo utilizadas principalmente contra el Movimiento Mapuche en resistencia contra las forestales.
Chile ha comprado drones Hermes 900 de Elbit Systems para vigilancia y mini-drones SpyLite de BlueBird Aero Systems. Sistemas de comunicación y ciberdefensa, como Pegasus, un software espía (spyware) para la infiltración de smartphones con iOS y Android para recopilar toda la información que estos contengan, también de televigilancia y reconocimiento facial. Empresas como Radware prestan servicios en seguridad al actual gobierno. Otro ejemplo es el sistema Vigía, que fue utilizado para justificar «pruebas» en tribunales y condenar a altas penas de cárcel a destacados dirigentes mapuche.
Para finalizar, debemos reafirmar que resulta de vital importancia la intensificación de la solidaridad y el acompañamiento de la resistencia del pueblo palestino así como de las luchas de ambos pueblos, no solo para que se refuercen las justas y dignas resistencias, sino también para instalar y legitimar las propuestas de liberación Nacional.
Toda nuestra solidaridad-respeto a la digna y heroica lucha del pueblo palestino.
¡NO están solos! ¡Amulepe taiñ weichan! Weuwaiñ
