NEOLIBERALISMO EDUCATIVO. HACIA OTRO SENTIDO COMÚN

Por Lev M. Velázquez Barriga

«Premios y nominaciones son acompañados de narrativas con dosis de psicología positiva difundidas en plataformas digitales, destacando formas de enseñanza y aprendizaje de los maestros que aterrizan las agendas educativas del capitalismo del siglo XXI»

31 de diciembre de 2021 | Fuente: La Jornada de México

El politólogo Mauro Jarquín,especializado en el estudio de las redes de filantrocapitalismo, solía decir en sus charlas con el magisterio disidente: si esperan como privatización un letrero de se vende en las escuelas, no lo van a encontrar. Es cierto, los procesos de privatización son cada vez más sutiles; se escudan en lenguajes de sentido común relativamente de fácil aceptación por la ciudadanía y los docentes, o bien, en reformas educativas que siguen las directrices mundiales del neoliberalismo insertas en los proyectos y las narrativas de los gobiernos progresistas.

En México, paralelamente a los dispositivos de privatización exógena que canalizan recursos públicos a los corporativos de los edunegocios asociados a la venta de tecnología, así como de asesoría para la elaboración de proyectos o cursos de capacitación al magisterio; observamos otras formas de privatización encubierta, también llamada endógena, que sobre todo penetran la mentalidad de los docentes para que acepten de fondo, aunque no siempre de forma, la instalación de mecanismos empresariales de precariedad laboral y salarial.

Es necesario recordar a Gramsci para advertir que las clases dominantes promueven a través de sus medios de ideologización la producción de sentidos acordes con la cultura y los antivalores del capitalismo, que en este caso están siendo naturalizados por docentes, cuyas mentalidades son paulatinamente colonizadas por las nociones privadas de los corporativos del edunegocio y sus sociedades filantrocapitalistas, sin tener que recurrir a empuñar espadas y bayonetas para masificar su ética de clase.

El sentido común del espíritu del maestro neoliberal se refuerza a través de galardones mundiales, por ejemplo, el Global Teacher Prize, financiado por Sunny Varkey, propietario de la mayor cadena de escuelas privadas en el mundo, fundador y presidente ejecutivo de GEMS Education Group u otros de carácter nacional como el Premio ABC del filantropismo de ultraderecha, encabezado por la organización Mexicanos Primero. Estas iniciativas son promovidas por organizaciones como la Unesco, quien nombró a Varkey embajador de Buena Voluntad para Asociaciones Educativas o por secretarios de Educación estatales en México, que asumen su compromiso con ellas en los ceremoniales de entrega de la fundación creada por Claudio X González.

Premios y nominaciones son acompañados de narrativas con dosis de psicología positiva difundidas en plataformas digitales, destacando formas de enseñanza y aprendizaje de los maestros que aterrizan las agendas educativas del capitalismo del siglo XXI sintetizadas en el Foro Económico Mundial y de las fundaciones empresariales del edunegocio. En el libro La Enseñanza en la Cuarta Revolución Industrial, de Pearson, que produce la prueba PISA para la OCDE, así como libros de texto que se utilizan en las escuelas públicas de México, se narran historias excepcionales de éxito, que contrastan con las realidades y adversidades cotidianas que viven maestros de gran compromiso social, no porinterés personal, como Bartolomé, nombrado El Sembrador en el documental del mismo título o las experiencias presentadas en el libro Maestros de pie: Enseñar en la pandemia.

Lo que ya no se dice en las historias de marketing sobre el docente neoliberal son las presiones a las que se someten para garantizar los modelos educativos empresariales explícitos en la Nueva Gestión Pública (NGP): la exposición a los ranking de competitividad de las evaluaciones, contrataciones por tiempos limitados y dependientes del cumplimiento de resultados medibles, apertura a los no docentes para la desvalorización de la docencia, anulación de negociaciones colectivas, la meritocracia para el control de la precariedad laboral y la diferenciación salarial, salarios sujetos a la examinación de pruebas masivas y a la aprobación de los que son considerados consumidores del servicio educativo, la sustitución de la gestión democrática y colaborativa de las escuelas por direcciones gerenciales para la autonomía escolar, la administración eficaz de la insuficiencia presupuestal y la aplicación de directrices de organización empresarial.

Todas las características (salvo la contratación sujeta a resultados) de la NGP para organizar la instituciones estatales como asociaciones privadas, están contenidas en el Sistema de Carrera para las Maestras y Maestros, sus criterios modificados para 2022 y también en la Nueva Escuela Mexicana; en conjunto con la educación de excelencia del ar-tículo 3, asociada al desarrollo de habilidades flexibles para atender la demanda creciente de formas de empleabilidad inestable y sin derechos, llamada uberización del trabajo, el uso de plataformas digitales y sus contenidos educativos en alianzas público-privadas, constituyen el nuevo sentido común de la privatización pasiva de la educación neoliberal, internalizado en la mentalidad de los docentes.

Si no somos capaces de construir otro sentido común para una educación pensando en la ciudadanía democrática, mirando a la vida, potenciando el desarrollo integral del ser humano, arraigado en lo mejor de las luchas sociales, en las defensas magisteriales de los derechos laborales y profesionales, seguiremos dando palos de ciego contra las formas, pero no los fondos de la reforma educativa, perdiendo batallas ideológicas y la capacidad de autodeterminación para definir y hacer educación, escuela, pedagogía, organización colectiva de los trabajadores, comunidad y sociedad.