El capitalismo los cría y ellos se juntan: sobre el encuentro entre Milei y Simeone. Por Ángel Cappa

27 de junio de 2025 | Fuente: La Izquierda Diario

Publicamos a continuación un artículo de opinión de Ángel Cappa, exfutbolista y Director Técnico, exiliado durante la dictadura militar en Argentina, autor junto a Marcos Roitman del libro "Fútbol y política".

Partamos del principio de que cada cual tiene derecho a optar por el partido, grupo o movimiento político que le parezca. Y seguidamente, admitamos que apoyar a Milei, concretamente, como han hecho, no solo Simeone, sino algunos otros futbolistas argentinos de reconocido nivel, es un acto como mínimo cuestionable, por no decir repudiable y en todo caso lamentable.

Milei es un presidente que ataca sin piedad a los jubilados/as, científicos/as, personal sanitario, a la cultura, al cine, al teatro, a los trabajadores, a los hospitales públicos, a las universidades públicas, a los periodistas, a los clubes de fútbol, a los parlamentarios opositores y a todo aquel o aquellos que se opongan a los planes de hambre y miseria que lleva a cabo contra las mayorías populares. O sea un aspirante berreta a Mussolini.
Es decir, si bien la democracia formal que vivimos admite adhesiones diversas, convengamos que apoyar a Milei es apoyar esos planes depredadores de su gobierno, aunque sea indirectamente.

Es posible también que esos apoyos futboleros, provengan de una sólida ignorancia política o de un deseo impúdico de codearse con el poder. No lo sabemos, pero para el caso es lo mismo.

La ideología dominante del fútbol, es la ideología dominante

El pensamiento que predomina en la sociedad en que vivimos, es el que produce la clase dominante. El fútbol no es una excepción.

“Yo quiero ganar”, vocifera Milei con su idiotez a flor de piel, “por eso soy bilardista”. Como si los demás, sin ser bilardistas, no quisieran ganar.

No obstante, el presidente, que reprime a palos a los jubilados -quienes tal vez no quieran ganar, sino solo sobrevivir dignamente a tanta agresión- acierta con el modo imperante de entender la sociedad y el fútbol.
Se vive para ganar y se juega para ganar y por lo tanto nos olvidamos de vivir y nos olvidamos de jugar. Lo contrario de lo que pensaba y decía Galeano: no se vive para ganar, como tampoco se juega para ganar. Demasiado, seguramente, para quienes le dan a la vida y al juego, menos valor que al dinero.

Es que el capitalismo, como modo de vida, es una carrera alocada hacia la nada, para los afortunados, y una lucha por la dignidad atropellada para las mayorías.

Vamos a la cancha

El fútbol de derecha es aquél al que solo le importa ganar. “Ganar es lo único importante”, dicen algunos jugadores y entrenadores a los que el juego, la forma, les da igual. Entonces juegan a no jugar. A que los adversarios no puedan jugar y apuestan a una jugada aislada que les de el triunfo. Es curioso, dicen que lo único que les importa es ganar, pero no juegan para ganar, sino para no perder.

El fútbol de izquierda repara especialmente en el juego, en la forma, también para tratar de ganar, por supuesto. Pero no considera que ganar es lo único importante. También lo es la manera de hacerlo. Para resumir, digamos que importa ganar tanto como jugar bien. Naturalmente si se gana sin jugar bien no produce llantos ni lamentos, pero no conforma.

Milei y Simeone un solo corazón

Tanto el presidente como el entrenador, opinan lo mismo sobre el fútbol. Ambos suelen decir que lo único importante es ganar.

Por lo tanto, no es sorprendente que ambos tengan un encuentro cariñoso, más cerca de lo político que de lo futbolístico. Y así lo interpretaron los aplaudidores de Milei, que difundieron la foto de los dos muy sonrientes y felices. Una propaganda gratuita para el anarco-capitalista.

Quizá ni Simeone ni los futbolistas que apoyan a Milei, sospechen el alcance político de ese apoyo y tal vez ni sepan el daño tremendo que su gobierno le está haciendo a las clases populares de donde proviene la mayoría de ellos. Pensemos de esa manera, aunque ni así deja de ser una actitud despreciable.

Moraleja

Esto demuestra que, a veces, los que ganan pierden. Que ganar no es lo único importante. También vale jugar bien y es muy recomendable además pensar, para jugar y para vivir.

* Ángel Cappa es

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