PIES. PIESES
Hay pies que nunca soñaron con ser pieses.
Pies que vagan solitarios como
eternos soldados de un ejército sin tropa.
Pies impasibles que ensucian
las baldosas que otros y otras limpian.
Hay pies sutiles de sutileza torcida.
Pies enfundados en zapatos
de algodón y calcetines de espinas.
Pies que nunca se calzaron las botas
de siete leguas de Pulgarcita.
Hay pies sonámbulos, pies de nocturnidad complacida.
Pies que andan calzados
sobre piedras de incandescente vida.
Pies de dedos disonantes,
de inmutable huida.
Hay pies que ni durmiendo caminan.
Pies que se ocultan temerosos
bajo el lívido redil de las palabras.
Pies canallas que nunca osaron
deambular por donde los demás pisan.
Hay pies herméticos, cerrados de noche y sacristía.
Pies que mueren más que bailan
y vuelan menos que asesinan.
Pies cansados que solo anhelan
el final de un pasaje con noches y sin días.
Hay pies de hielo con alma de homicida.
Pies de plomo que andan pávidos
y se hocican en cinco siglos de desdicha.
Pies contrariados, el uno que
mira a Cuenca y el otro a Lima.
Hay pies maduros, de reposada pericia.
Pies jóvenes que se atreven con el todo
que andan de vuelta de la nada.
Pies de trapo que siembran minas del desastre
y recogen muñones como cuchillas.
Hay pies reales, pies de sangre enlutecida.
Pies de heredada herencia
de zarzuelas, palacetes y coronillas.
Pies faustos y dichosos
de esplendorosa dicha.
Hay pies con olor a caca y perfume en sus plantillas.
Pies que solo pisan la alfombra
roja e intachable del escaparate de su vida.
Pies urgentes que corren demasiado
y llegan a una meta desvalida.
Hay pies que nunca piden permiso y a su ascua arriman.
Pies con valor en el mercado
de la suprema dictadura del “yoing”.
Pies emprendedores, coaching de la felicidad
de un futuro sin alma compartida.
Pero hay pieses que bailan, vuelan, sueñan y caminan.
Pieses de pies heroicos
de humilde compañía.
Pieses errantes de andar pausado
de dichosa y poética sonrisa.
Hay pieses que jamás duermen y soñando brillan.
Pieses con cien ojos en cada dedo
uñas como lanzas en sus pupilas.
Pieses que dibujan horizontes
de luminosa esencia cooperativa.
Hay pieses que vuelan alto y nacen en cada herida.
Pieses que se empapan de voces
de amplia alameda colectiva.
Pieses de entonada orquesta
y emancipada sinfonía.
Hay pieses deseosos de conocer que preguntando afirman.
Pieses lúcidos que escrutan el ahora
con curiosidad de niña.
Pieses que parecen exhaustos
pero emergen de sus renovadas cenizas.
Hay pieses compañeros, fieles caminantes del mañana.
Pieses que se abren camino hasta
en los perversos laberintos de la infamia.
Pieses pequeños de firme suela
y pisada clandestina.
Hay pieses que vencen al miedo, pieses de mirada infinita.
Pieses sabios y valientes,
que caminando encuentran.
Pieses exiliados del mundo de
los horarios, los cierres y las rutinas.
Hay pieses mudos que gritan más de lo que pisan.
Pieses de derecha dominancia gobernados
por el hemisferio izquierdo de la alegría.
Pieses que cuando se desnudan
lucen tatuado un mapa de América Latina.
Este poema ha sido premiado con el accésit en el X Certamen Literario de Poesía y Relato Corto del Distrito de Tetuán, el 21 de noviembre de 2018
Muy bello el Poema, sublime por decirle aún más…me impactan mucho sus metáforas, su rima y su cadencia; gracias por enriquecerme de sueños, de poesía en el poema… esta inmerso de imágenes que recrean la vida, las convicciones y el aire de Libertad. Agradezco a la vida por deleitarme y poder hacer parte de estas lecturas.